Uno de
los ladrillos con los que están construidas nuestras vidas son las canciones.
Se adhieren a los momentos clave y dan voces a nuestros sentimientos cuando nos
faltan las palabras. Para los románticos, la canción era la unión de dos artes
que consideraban las más admirables, la poesía y la música. Las canciones
sobreviven al tiempo en nuestra memoria y nos hacen revivir momentos que se
creían perdidos. Las canciones, además, nos unen y empaquetan como generación.
Son las que hemos compartido, las que hemos cantado, bailado, juntos; nos han
hecho llorar o reír, han sonado en la intimidad o en el jolgorio. Son nuestra
vida.
La
nueva película de Danny Boyle nos habla de un mundo en el que han desaparecido
las canciones de The Beatles. Lo dicen desde los carteles promocionales. No se
trata de plantearnos un misterio o un milagro. Se nos da como supuesto de
partida y se deja desarrollar. Boyle sabe utilizar muy bien este tono sencillo,
casi de cuento, partiendo de un supuesto, un mundo sin Beatles.
Boyle y
yo nos llevamos unos meses. Sé de lo que habla. Uno de mis recuerdos más
vívidos es tener 9 o 10 años y escuchar en casa de un amigo de la misma calle
un disco con cuatro canciones de The Beatles. Eran los discos de su hermano
mayor. Creo que era la primera vez que los escuchaba y debió ser a mitad de los
sesenta. Como vivía frente a la Plaza de Toros recuerdo el tumulto de su
concierto en la Plaza de la Ventas. ¿Que era aquello?
La
película de Danny Boyle funciona estupendamente gracias al buen guión, a una
dirección sólida —muy en estilo Boyle— y la labor meritoria de los actores
principales, la cada vez mejor actriz, Lily James, y el actor Himesh Patel, al
que le toca no solo el peso del protagonista sino el de la interpretación de
las canciones.
La
película es una forma de homenaje a la música de The Beatles. Solo en la
distancia comprendemos el peso de lo que se hizo en esa generación, para la que
la música fue una forma de vida y de expresión. De Dylan a The Beatles, las
ideas, los sentimientos, etc. sufrieron un cambio drástico. Jóvenes hablando a
los jóvenes, hablando de ellos mismos y de sus historias. Todos los grupos del
mundo, por decirlo así, grababan sus versiones de las canciones de The Beatles.
Las podemos encontrar en todos los idiomas y estilos. Es un fenómeno que hoy
nos pilla lejos, pero que entonces era completamente normal en su
excepcionalidad. The Beatles eran The Beatles. Y un mundo en el que no están,
como se nos dice, es un mundo peor.
Quizá
hay que perder para volver a encontrar. Dentro de los biopics de músicos que
han sido éxitos recientemente, de Bohemian
Rapsody a Rocket Man, Yesterday no es un biopic de los músicos o cantantes, sino —algo más importante— de
aquellos que les escucharon. En el fondo, es un biopic sobre una generación, la
de Boyle, la mía, que creció entre esas canciones que crearon el pop y que,
pasados más de cincuenta años, siguen haciendo pensar y nos emocionan. Esa es
la realidad tras la fantasía mágica, olvidar para poder volver a vivir como si
nunca se hubieran escuchado.
Es
interesante la reacción del público. Los hay que no han olvidado a The Beatles
—es nuestro privilegio en la butaca frente a los que tenemos en la pantalla— y
los habrá que descubran un torrente de canciones, algunas de las cuales pasarán
a su memoria y les acompañarán. Es el momento de recuperar lo mucho bueno que
se ha ido quedando por el camino. Es la rebeldía frente al consumismo musical.
Muchas
de los chistes y bromas del filme tienen por objeto las letras de las canciones
en un mundo que las ha olvidado. Hay momentos divertidos con lo que se
encuentra en Google cuando nos están The Beatles y se les busca. Era algo que,
mal hecho, se habría agotado rápidamente, sin embargo funciona bien, con
ingenio, y el público lo acepta divertido.
No
debemos dejar de lado a Ed Sheeran, haciendo de sí mismo y reconociéndose como
un Salieri frente al Mozart capaz de componer The Long and Winding Road, Let It
Be, Yesterday, Help o tantas y tantas maravillas.
Es el olvido de todo ello lo
que permite poder decir lo obvio, que son buenas, muy buenas, que forman parte
de la arquitectura emocional y artística de una generación.
La
historia sentimental de la película es necesaria para que pueda estallar ese desgarrado Help
en una azotea. Las canciones adquieren vida cuando se conectan con la vida;
tienen sentido cuando nos revelan algo de nosotros mismos, cuando nos ayudan a
comprender y comprendernos.
Yesterday
nos trae el mejor Danny Boyle, un director siempre peculiar, que necesita proyectos que
le inspiren y con los que inspirarnos. Este cuento de hadas sobre un mundo que
olvida es otra buena fábula en su historial. Acertó.
J.A.
Yesterday (2019)
Director: Danny Boyle
Guionistas: Jack Barth (historia), Richard Curtis (guión)
Actores: Himesh Patel, Lily James, Sophia Di Martino, Ed Sheeran, Kate McKinnon ...
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