Pero
esta historia se nos disuelve rápidamente en algo mucho más interesante, esas
dos características que señalábamos al principio. La primera de ella es el
tratamiento del espacio. Sabedor que sería ridículo comparar Los Angeles con
Benidorm, de la Rosa toma una decisión inteligente: convierte a Benidorm en una
abstracción, en una especie de entelequia de luces y figuras geométricas, un
espacio simbólico, arquetípico. De hecho, lo sorprendente es la estilización
que logra de una ciudad monstruosa, una excrecencia ladrillar. El Benidorm de
Secun de la Rosa es una brillante construcción mítica, lejos de cualquier
reconstrucción turística, como estamos viendo en tantas películas españolas (y
algunas extranjeras) en las que se buscan subvenciones a base de reproducir
monumentos, lugares pintorescos y edificios representativos. Benidorm es el
borde exterior de la trama, un tercer anillo envolvente, el límite espacial. Obviar
una ciudad que te rodea convirtiéndola en un escenario simbólico es un
ejercicio que de la Rosa ha sabido resolver.
Como es
el director y el guionista, el acierto hay que atribuírselo directamente a él,
con la inestimable ayuda de los encargados de cámara y fotografía Amando
Crespo, Santiago Racaj y Johnny Yebra, un aspecto importante de la película. La
fotografía sirve para aislar a los personajes en determinados momentos,
a través de las lentes adecuadas, convirtiendo el entorno en ese espacio evanescente,
que es Benidorm, fragmentado en tres o cuatro microespacios diferentes, del bar
en el que trabaja Dani (Álex Monner) al bar donde actúan El Spanglish, la
playa, la residencia del abuelo y esas calles por las que se circula como si
fueran recorridos imaginarios, solo marcados por las luces de fondo.
El trasfondo
de la película es una pregunta: qué significa ser "auténtico" en un
mundo en el que nadie lo es, que —traducido por los propios personajes en la
película— se expresa en un "¿por qué querer ser un desgraciado cuando se
puede ser feliz?". La felicidad la alcanza cada uno como puede o, para ser
más preciso, se la hace cada uno con su propio personaje. La reflexión sobre
qué es ser uno mismo da ciertos toques existenciales a la película, pero el
consejo es muy "mediterráneo": se feliz con lo que tienes y no te
preocupes tanto por los demás y lo que puedan opinar de ti.
Esto
nos lleva al segundo gran acierto de la película de Secun de la Rosa: los
personajes. Alrededor del personaje central, Dani, comienzan a aparecer tres
generaciones muy distintas: su abuelo (bien interpretado por Juan Diego), la
gente de la generación de sus padres, los que han sobrevivido (representados
por Carmen Machi y Susi Sánchez, también estupendas) y después todo un
repertorio de personajes que viven una extraña vida, entre la realidad y la
fantasía, imitando a cantantes, como es el caso "Adele/Sandra"
(Marina salas) o "Amy" (Carolina Yuste), dos actrices que saben dar
cuerpo y alma a sus personajes. No es fácil, pues la película nos va
descubriendo las debilidades de los que prefieren vivir escondidos tras los
personajes que imitan antes que mostrarse ante los demás. Esto se nos muestra
especialmente a través del personaje de Carolina Yuste, una gran
interpretación, como una Amy Winehouse, un personaje real torturado que le
sirve para realizar su propio sueño vital.
Hay una
lectura de la película y es precisamente el grado de agresividad que se vive en
las distintas generaciones. El retrato que se hace de la generación actual, la
de los protagonistas, creo que está dotado de mucha más profundidad de lo que
es habitual. En este sentido, la historia de fondo, la que lleva a vivir dentro
de los personajes que eligen para vivir a través de ellos acaba componiendo un mosaico
que es el verdadero retrato de la película, su fondo sobre esa diluida ciudad
que les rodea.
Uno de
los elementos más flojos en muchas películas españolas es el guión. No es así
en este caso; hay historia. Y si los actores acompañan, como es el caso, la
película se desliza ante nosotros con una naturalidad que no siempre está
presente en nuestro cine.
Lander
Otaeola sabe dar el tono a su personaje del amigo de Dani. El resto —y la
película tiene muchos alrededor del personaje central, interpretado por Alex
Monner cumple con creces tanto individualmente como en su coralidad. Hay que señalar que en la película la música (como acción y metáfora) es el fondo que sirve para
empastar todos los elementos, de la historia a los personajes. Es el aliño que
hace que todo cuadre, dando consistencia a los espacios y a los personajes. Magnífica
la larga secuencia en El Spanglish, el local donde se dan las interpretaciones,
en las que cada grupo se nos muestra a través de una canción, mostrando una
amalgama que, sin embargo, funciona. Es una magnífica secuencia que permite
unir todos los elementos, una secuencia de gran complejidad técnica e
interpretativa que se resuelve a la perfección por parte de todos.
Los
personajes más pequeños tienen su drama, su sentido dentro de la película, adquiriendo consistencia en ese mundo
fantástico en el que viven, un lugar falso en el que crearse un personaje para
subirse a un escenario y cantar cada noche a turistas que nada les importa.
Pero lo importante, como se señaló, es cómo vives tú tu propia vida.
El cover es sobre todo es un retrato generacional, una película que viene bien en estos momentos de confusión, que es lo que se refleja en la película, de miedo a ser uno mismo. Elegir un rostro, una voz, un estilo, para avanzar por una vida dura, sin concesiones. Pero vivir. ¡Cómo no se pueden enamorar dos personas a las que les gusta Bambino! El destino es el destino.
Le
deseamos a El Cover un buen recorrido este verano. En el cine, en la
primera sesión, estábamos dos personas. Espero que estas líneas animen a algunos a pasar
una tarde de verano en una fresca sala de cine escuchando su música y viendo ese paisaje de luces. Merece la pena dedicarle un rato a algo que se hace con esfuerzo e ilusión.
Joaquín
Mª Aguirre
El
cover (2021)
Director
y guionista: Secun de la Rosa
País: España
Intérpretes:
Álex Monner, Marina Calas, Carolina Yuste, María Hervás, Susi Sánchez, Carmen Machi,
Juan Diego, María Hervás, Lander Otaola, Lidia Mínguez...