sábado, 13 de marzo de 2021

Minari. Historia de mi familia (2020)


 "Minari. Historia de mi familia" ha conseguido el Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa. Tiene muchísimas nominaciones y premios. Unas veces se ha premiado el guión, otras la dirección y en muchas ocasiones ambos, que son obra de Lee Isaac Chung, un descendiente de inmigrantes coreanos nacido en Denver, Colorado. Dirección e historia encajan a la perfección bien cubiertas por la labor de los actores, realmente meritoria en todos los niveles. Especialmente premiada, Youn Yuh-jung, en el papel de la abuela llegada de Corea para ayudar al proyecto de la familia.

Minari es una magnífica película. Solo un gran talento narrativo, tanto en historia como en la forma de narrarla puede tenernos fascinados con aspectos tan sencillos y cotidianos como los que se nos traen.

Viendo una película como esta comprendemos cuánto se distancia el cine de la vida real en su exceso de concentración de elementos para crear la tensión. No es necesario, nos demuestra crean grandes enfrentamientos, grandes villanos, no hablemos ya de persecuciones o destrozos apocalípticos para hacer que el espectador se conmueva insensible ya por el bombardeo de sus sentidos y mente. Minari es una historia sencilla, de gente sencilla que vive sus propios problemas sin necesidad de fantasías. E este sentido, la película se mueve en la dimensión humana. Si hay un opositor en el filme es la vida misma mostrando que es una lucha de sueños y realidades sin necesidad de mucho más. Ya es bastante, nos dice Chung.



En Minari no hay villanos. Esperamos que surjan en cada nueva cara, en cada nueva situación. Pero no llegan o no llegan como esperamos. Estamos demasiado acostumbrados a las complicaciones artificiales para comprender las de la vida cotidiana, que son las nuestras, lejos de las luchas del bien y del mal. Nuestra vida es una suma de pequeñas o grandes resistencias, de malentendidos y desacuerdos, de fatalidades indeseadas a manos de quien nos quiere. El director las muestra desde el principio en lo que es la diversidad de sueños en una familia en donde el amor se manifiesta en discusiones, en tensiones contenidas, en escenificaciones privadas.

Una gran definición de los personajes y de sus relaciones, que se miden por su credibilidad conjunta. Es la historia de "mi" familia, una pertenencia que se deja clara en el deseo de cada uno de los personajes, ya que es la familia de todos porque así lo vive cada uno.

El "minari" es una hierba comestible que crece libremente junto a los lechos de los ríos, en zonas húmedas. La abuela trae sus semillas desde Corea y las suelta en el lugar que le parece más adecuado. Frente a esta libertad de la naturaleza, nos encontramos la lucha del campesino por conseguir hacer crecer, unos cientos de metros más allá, su cosecha de plantas coreanas para abastecer a la pequeña comunidad de su país. Es su idea de cómo sobrevivir en Arkansas, trasladado desde California, para intentar alcanzar un éxito que le reivindique ante los suyos. 

El "minari" es la hierba que sirve para calmar el hambre de los que nada tienen y que la naturaleza les ofrece gratis. La llaman el "perejil japonés" y en Corea es muy popular. Sopas y condimentos, el minari está presente en la vida y solo hay que recogerlo allí donde crece.



La película se construye sobre esa metáfora, lo dado y lo que necesitamos construir y puede ser nuestra frustración. Jacob (Steven Yeun) ha arrastrado a su familia desde California hasta la Arkansas profunda. Él tiene un sueño. Su hijo pequeño tiene un problema de corazón que hace que su esposa, Mónica (Yeri Han), se sienta intranquila y molesta, reticente a un traslado que les lleva lejos de hospitales y de una vida social. Viven en una casa prefabricada que ha sido llevada hasta un terreno cuyo anterior dueños se suicidó por la improductividad de la tierra. Se traerán a la abuela (Youn Yuh-jung) desde Corea para que pueda vigilar a David (Alan S. Kim), el pequeño, y Anne (Noel Kate Cho). De California a la mitad de la nada, a una Arkansas profunda, llena de supersticiosos granjeros que intentan salvar los males de la tierra y la casa con conjuros y exorcismos.

En manos de otro director, esto habría sido un filme épico, lleno de enfrentamientos entre visiones del mundo distintas. Pero en manos de su director y guionista, es un filme lírico apoyado en una magnífica planificación que nos sitúa en otra dimensión narrativa, la interior de cada personaje y las relaciones conjuntas.



La magnífica fotografía y montaje, la música, todo ello contribuye a esa fuerza del filme, que se ha ido haciendo con sus espectadores y críticos señalándolo como una de las mejores aportaciones cinematográficas del año. La dirección de actores es espléndida de la premiada Yun Yu-jung como estrambótica abuela a una contenida e interiorizada Yeri Han, la esposa que lleva en su interior la frustración provocada por los sueños de su marido, bien encarnado por Steven Yeun. Los dos niños demuestran una madurez interpretativa que nos dice mucho de la capacidad de su director para manejar actores. La sobriedad de todos ellos contrasta con la del personaje encarnado por un magnífico Will Patton, el campesino que recorre el camino con su propia cruz cada domingo. El resto es la tierra, el cielo, el agua.



Minari. Historia de una familia es como recorrer un camino en el que van ocurriendo cosas, un río que fluye con diversas velocidades según se estrechan sus márgenes. No hacen falta enemigos; la resistencia de la vida misma a nuestras pretensiones es suficiente para mostrarnos en nuestras distintas percepciones. Sencillamente, la vida no es siempre como queremos.

Joaquín Mª Aguirre

 

 


Minari. Historia de mi familia (2020)    

Director y guionista: Lee Isaac Chung

Nacionalidad: USA

Intérpretes: Youn Yuh-jung, Alan S. Kim, Yeri Han, Noel Cho, Steven Yeun, Darryl Cox, Esther Moon, Ben Hall, Eric Starkey, Will Patton

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