sábado, 18 de junio de 2022

Lightyear (Angus McLane 2022)

 

¿Cómo enfrentarse a la Historia? ¿Cómo enfrentarse —peor— a nuestros recuerdos idealizados de la infancia (y más allá)? Son algunas preguntas que surgen cuando uno se enfrenta a películas como la recientemente estrenada Jurassic World (Colin Trevorrow) o esta de la que nos ocupamos hoy, Lightyear (2022), dirigida por alguien, Angus McLane, que ha pasado por todas las capas de la animación, atesorando experiencia en película como Los increíbles, Ratatouille o Buscando a Dori, entre otras.

La experiencia de Angus McLane en la dirección de largos se reduce al Buscando a Dori como codirector. La intensa y extensa experiencia en la animación nos lo presenta como un buen director técnico a la vista del resultado de la película.

Es un Toy Story sin Toy Story; se nos dice que esta es la película que vio el niño protagonista y que le hacía tener a Buzz como héroe, lo que no deja de ser una buena explicación, pero no resuelve ciertos problemas, como son las reacciones emocionales y narrativas (¿existe esto?) del público, que se concentran en sus expectativas, es decir en los deseos acumulados alrededor de estos entes fascinantes que son las películas míticas, las que han roto moldes y han echado raíces en nuestra cultura. Lo que se ha hecho es dar un origen ficcional a un muñeco, una vía un tanto peculiar y que tiene sus consecuencias y preguntas propias.


Algo está fallando en la imaginación cinematográfica que necesita de estas serializaciones, que es como apostar sobre seguro cuando se consigue un éxito; algo falla cuando no se dejan reposar los mitos y vivimos en una constante reedición de diferentes obras con diferentes destinos. Toy Story ha tenido sucesivas ediciones prolongando el mundo de los juguetes. Ahora, con Lightyear, se ha intentado una vía novedosa con esa "película origen" que se supone que alimentó los sueños de Andy, el niño que tenía los juguetes originales entre los que se encontraba Buzz Lightyear. La duda que tengo es que ese punto de conexión sea factible. Es decir, dudo que si Andy, de siete años, viera esta película se quedara fascinado con esta película, que tiene unos planteamientos mucho más adultos.

Ya en Buscando a Dori (una película bastante depresiva), Angus McLane ahondaba en los miedos e inseguridades, algo que no sé si es lo más adecuado a lo que se esperaba, pero sí a lo que ha derivado.

La realización de la película es impecable, perfectamente planificada y con una brillantísima iluminación. ¿De dónde vienen las dudas entonces que han hecho que la película tenga ahora mismo un 5 en la IMDB, que suele ser un indicador aceptable del gusto? Me temo que la respuesta es doble: a) demasiada complicación psicológica del personaje (dudo que un niño de 7 años, por seguir su propia propuesta, se mostrara entusiasmado por una película más adulta, en estas complejidades de la personalidad de Buzz); y b) en sentido contrario a la complejidad del héroe se ha creado un mundo plano y repetitivo en los compañeros de equipo. 


En la comedia, la conjunción de los elementos es básica, lo que se demuestra perfectamente en el dúo Woody-Lightyear, del que procedía gran parte de la comicidad. Pero me temo que la química creada con los nuevos personajes no es la más adecuada, especialmente. Con la excepción del personaje de Alisha Hawthorne (también aquejado de su propia patología), la relación con el resto de los personajes es complicada y repetitiva.

Los problemas de la película son, evidentemente, de guion o, si se prefiere, de construcción de los personajes, más una galería friqui que un grupo de "alegres compañeros de fatigas" como nos presentaba Toy Story. Y eso se nota mucho en una comedia. Mucho me temo que sea un problema congénito del director, es decir, su tendencia a problematizar en exceso la comedia. Si se quiere hacer un drama hay que indicarlo y seguir otras reglas. Ya pasó con Buscando a Dori.


Toy Story ha dejado anteriormente notables secuelas. Este Lightyear no es una secuela, ni técnicamente una precuela; es una película que vio Andy y no la realidad que el Andy de siete años vivió. El Toy Story inicial contó con Joss Whedon y Joel Coen entre sus ilustres guionistas. Lograron hacer de la primera película totalmente digital, una obra maestra con una sencilla y sólida historia, con unos personajes consistentes, incluso para ser "patatas" o "perros de muelles". Lograron que la tecnología revolucionaria quedara por detrás de una historia de amistad. Eso se llama "saber construir". En Lightyear ocurre lo contrario; la tecnología queda por delante de la historia. Impecable realización, pero la comedia necesita una cosa más: personajes, relaciones, chispa.

Creo que es aquí donde están fallando algunos de estos aprovechamientos de obras maestras previas. Los fallos del último Jurassic, igualmente, son los de un guion inconsistente y precipitado. Lightyear está cuidado al milímetro en cada plano, técnicamente sobresaliente, pero no nos sentimos atraídos por lo que escuchamos o vemos hacer; las relaciones entre los personajes son demasiado simples o demasiado complicadas. Probablemente el público al que se dirige no esté interesado en las paradojas del tiempo como el de Jurassic no lo está en las teorías de la genética. Una buena historia es necesaria detrás de cualquier película y más de una leyenda.

Joaquín Mª Aguirre 


Lightyear (2022)  

Director: Angus MacLane

Guionistas: Angus MacLane, Matthew Aldrich y Jason Headley

Género: Animación

Nacionalidad: USA

Duración: 1 hora 40 minutos

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