domingo, 19 de septiembre de 2021

Dune (Denis Villeneuve 2021)


Desde Incendios (2010), el director franco-canadiense Denis Villeneuve ha dejado una serie de buenas películas, muchas de ellas auténticos desafíos, como lanzarse a la aventura de la segunda parte de la mítica Blade Runner con su Blade Runner 2049 (2017). Nos ha dejado también buenas películas con dos obras tan distintas como La llegada (2016) y Sicario (2016) donde nos daba muestras de saber moverse por género distintos. Se lanza de nuevo a una aventura maldita, llevar al cine la novela de Frank Herbert Dune, que ya tentó a un grande, David Lynch, con un gran fracaso. Esto no ha parecido hacer dudar a Villeneuve, sino más bien lo contrario.

Se ha estrenado la primera parte de lo que parece que tendrá una segunda, un Dune 2 (para estrenar en 2023) y otra tercera entrega destinada a ser una serie de televisión. Toda una apuesta por un futuro que hasta que no ha llegado a las salas parecía tener mucho en contra. Sin embargo, Villeneuve ha sabido contentar a los lectores que aman Dune y que no tienen buen recuerdo del filme de Lynch.

De Dune se puede decir que sus dos horas y media de metraje no se sienten, que te verías con gusto esa segunda parte por llegar. Y también muchas otras cosas que se irán desgranando en esta reseña del filme.

Creo que es importante empezar por qué representa Villeneuve a la vista de sus películas anteriores. Creo que como director saber construir una historia sólida, sin flecos; tiene un gran sentido del ritmo cinematográfico y, finalmente, un estilo plástico característico capaz de dar el tono adecuado al filme. Es decir, Villeneuve tiene un marcado sentido del estilo, concibe el cine como un lenguaje integral, compuesto por todos esos elementos.

La historia de Dune es enrevesada, densa; eso proviene de un mundo complejo, creado por Herbert. Si comprobamos las dos películas de ciencia-ficción anteriores de Villeneuve, comprobamos que transcurren en dos mundos muy distintos, pese a ser terrenales. En la llegada era importante que el mundo creado fuera igual al nuestro, pues así lo vivimos en primera persona. Algo muy distinto al ambiente creado en Blade Runner 2049, donde se aleja de nuestro mundo y, a la vez, mantiene un equilibrio con el del Blade Runner de Scott, para acabar creando un segundo universo al que se llega, de una visualización completamente diferente, pero muy eficaz.

Para Dune, Villeneuve y su equipo han tenido que crear un mundo y una mirada, dos aspectos que se unen, pero que no son lo mismo. Hay que crear un mundo primero para poder mirarlo después. Crear el mundo sabiendo cómo debe resultar tras nuestra mirada es un proceso que no está al alcance de cualquiera en muchos sentidos. Villeneuve creando un mundo sombrío espectacular para luego atomizarlo en pequeñas unidades, fragmentos que lo convierten en una abstracción; crea espacios inmensos para llenarlos de juegos de sobras posteriormente. Levanta espacios para luego centrarse en los sueños, en las visiones, que son como pequeños destellos.

Todo esto quiere decir una cosa importante, que Villeneuve sabe que todo lo que el cine construye es para destruirlo después bajo las miradas que configuran los planos y su dinámica interna. Al final no importa lo grandioso, sino lo que cabe en el plano y lo que cabe en el plano es lo que se necesita para que el filme nos lleve hacia su final.

El guion de Dune es sólido y permite que la historia no se desperdigue demasiado entre conflictos y lugares. Pero es sobre todo en la actuación donde se les da consistencia psicológica a los actores. Allí donde muchos filmes de ciencia ficción se centran en las salas de máquinas, controles y grandes naves, en Dune lo esencial es el drama humano, en la ambición y la traición, que son los móviles de alma humana desde los griegos en adelante. Las tragedias no necesitan de escenarios porque su materia son las ambiciones e ilusiones humanas, los sueños fallidos. Villeneuve tiene un innato sentido para la tragedia humana, es decir, sabe poner el foco en lo que realmente atrapa y no solo en lo espectacular.


Para ello cuenta con dos actores que llevan el peso en primer término una creciente Rebecca Fergusson que demuestra que es válida para cualquier papel, pasando de las peleas de las Mission Impossible (le quedan 2 por estrenar) o la malvada Rose the Hat en Doctor Sueños (2019) al papel de madre vigilante del joven Timothée Chalamet. Como actriz, Ferguson es de una versatilidad enorme, lo que implica inteligencia interpretativa, saber adaptarse a lo que se quiere transmitir y ponerse al servicio del proyecto.

Thimothée Chalamet es el centro del filme como Paul Atreides. Sobre él gira la trama, sobre lo que le ocurre, sobre lo que cree que ocurrirá y sobre lo que ocurrirá realmente. Chalamet también incluye —a sus 24 años— una cierta cantidad de buenos filmes, del Mujercitas, de Greta Gerwig, al Interestellar (2024), pasando por Lady Bird (Greta Gerwig) o Call Me by Your Name (Luca Guadgnino), ambas de 2017. Empezó con pequeños papeles en comedias y ha acabado siendo un actor necesario para mostrar esa profundidad de la duda que no todos saben transmitir.

También Zendaya se nos va presentando en esta primera parte para alcanzar protagonismo, esperamos, en la segunda parte de este filme, para la que habremos de esperar más de un año.


Otro actor que se ha consolidado es Oscar Isaacs, sólido en su papel del Duque, padre de Paul Atreides. El reparto se amplía con actores sólidos, como Josh Brolin, que no se pierde fantasía alguna; una encubierta Charlotte Rampling; y un reconocible, pese al maquillaje y las sombras, Stellan Skasgard. Jason Momoa y Dave Bautista hacen de héroe y villano respectivamente con convencimiento. Javier Bardem aparece en la segunda parte del film y suponemos tendrá un papel destacado en el segundo filme.

El estilo de Villeneuve nos muestra la historia con un gran sentido visual. No se trata de mostrar lo grandioso de los espacios, sino del ritmo visual, de sabe crear una sensación en quien mira, en el espectador al que se le ofrece un mundo sombrío en el que la oscuridad moral está acorde con esa oscuridad en la que deben preservarse unos para que no se vea su monstruosidad y otros para sobrellevar el calor que les destruye.

Dune ya nos está haciendo desear que llegue esa segunda parte para ver a nuestro joven Paul y a su madre en nuevas aventuras que confirmen su destino.

Joaquín Mª Aguirre 

 


Dune (2021)     

Director: Denis Villeneuve

Guionistas: John Spaihts, Denis Villeneuve y Eric Roth

Nacionalidad: USA, Canadá

Intérpretes: Timothée Chalamet,  Rebecca Ferguson, Zendaya, Oscar Isaacs, Josh Brolin, Dave Bautista, Charlotte Rampling, Javier Bardem, Stellan Skasgard, Jason Momoa, Sharon Duncan-Brewster, Chen Chang...

 

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