Si no sabemos cómo es la cambiante Kelly Jones (S. Johansson) y debemos creernos que en algún momento es “ella”, la presencia de Cole Davis (Ch. Tatum) es una adivinanza sobre cuando saldrá de sí mismo y se permitirá un desahogo. En este sentido, la película cumple con el precepto de la comedia de enfrentar en una guerra incruenta a dos personajes que no son lo que aparentan y aparentan lo que no son.
Entre los demás actores, Woody Harrelson cumpliendo con un papel que le cae como anillo al dedo, la del siniestro agente de Nixon. Hay una magnífica interpretación del personaje más humanizado, la de Ray Romano, que destaca dando vida y espíritu a Henry Smalls, uno de los técnicos de la NASA. También estupenda Anna García, un buen contrapunto para Johansson en muchas escenas.
Crear una comedia con un asunto tratado anteriormente desde diversos ángulos, como es “si realmente se llegó a la Luna” o si “fue todo un montaje” es osado pues corres el riesgo que la anodina historia de “chico conoce chica” quede oscurecida por la magnitud de la cuestión lunar como fondo. Dado que es la cuestión que sirve de fondo, la comedia se convierte en “chica embaucadora conoce chico sincero de la NASA” y lo cierto es que funciona.
El elemento opositor entre los protagonistas es doble: por una lado un malo histórico, “Richard Nixon”, un villano socorrido, cuya presencia se nos muestra en las apariciones y sus retratos repartidos por salas y despachos; por otro, su oscuro representante en la NASA, el personaje de Woody Harrelson, Moe Berkus, encargado de que los rusos no ganen la carrera del espacio en los medios falsificando las imágenes del alunizaje norteamericano.
La película juega con ese doble plano, lo político y lo amoroso, sin separarlo, en un buen trenzado de las historias. El personaje de Johansson es una superviviente dotada de la habilidad de comprender lo que el mundo espera y dárselo con llanto o sonrisas, según se tercie. El personaje de Channing nos muestra al supersticioso científico atrapado por la culpa del desastre del Apolo 1.
Como ya hemos señalado, el mérito del filme es hacer creíble esta historia y hacer que nos riamos con ella. Tiene buenos diálogos y la ironía viaja al pasado con Nixon, pero también al presente, pues los discursos de Johansson son tan actuales sobre la publicidad que los convierten en adelantados a este tiempo de “fake news” y de realidades “alternativas” que es de lo que va la película, con el amor de toda la vida de fondo.
Fly me to the Moon es también una camuflada reflexión sobre la imagen y nuestra facilidad de manipulación respecto a lo real o a lo que nos venden como tal. Es un segundo plano que no debe ser considerado secundario. Es una reflexión, en última instancia sobre quién hace la historia y quién la escribe.
La película está correctamente dirigida, con buen ritmo, buscando la eficacia de los actores y sacando partido al partido al guión. Nos devuelve a una renacida Scarlett Johansson que había estado demasiado perdida como “Viuda Negra”, demasiado encogida dentro del limitado personaje. Ella es parte importante de todo esto pues es su productora, un camino elegido por muchos actores que buscan buenas historias y personajes.
La banda sonora es estupenda jugando entre la música de época y la caracterización de la narración, contribuyendo al propio ritmo.
Una película divertida con humor inteligente y mucha ironía sobre muchas cosas, pasadas y presentes.
Joaquín Mª Aguirre
Fly me to the Moon (2024)
Director: Greg Berlanti
Guionistas: Keenan Flynn, Bill Kirstein y Rose Gilroy
Intérpretes: Scarlett Johansson, Channing Tatum, Woody Harrelson, Ray Romano, Jim Rash, Anna Garcia, Donald Elise Watson, Noah Robbins, Christian Clemenson...
Duración: 130 minutos
Producción: USA