Una elfo perdida
Last Christmas es una película de "navidad", como evidencia el propio título, pero pasada por George Michael y Wham!. La Navidad no pasa y la canción de Michael tampoco. Hay películas navideñas, que van del ¡Qué bello es vivir!, como un gran clásico, al Grinch o a la Pesadilla de Tim Burton, como clásicos modernos. Si no tienes nada contra la Navidad (hay gente para todo), tampoco deberías tener nada contra las películas de Navidad.
Se nos muestra una Gran Bretaña con momentos xenófobos (la escena del autobús) y otra variopinta, llena de gente de todo tipo, origen y condición, que se aceptan. El albergue de los indigentes, en su variedad, es un espacio más humano que el ambiente que se percibe fuera. El miedo de los padres de Kate a ser expulsados de Gran Bretaña es una presión ambiental, se consume o no, una angustia con la que viven los personajes en su día a día.
Last Christmas es una película de "navidad", como evidencia el propio título, pero pasada por George Michael y Wham!. La Navidad no pasa y la canción de Michael tampoco. Hay películas navideñas, que van del ¡Qué bello es vivir!, como un gran clásico, al Grinch o a la Pesadilla de Tim Burton, como clásicos modernos. Si no tienes nada contra la Navidad (hay gente para todo), tampoco deberías tener nada contra las películas de Navidad.
Como
género (las películas de navidad lo son), tiene sus reglas y la obligación de
un final feliz que nos llene de espíritu navideño, que aunque no esté del todo
bien definido, más o menos lo entendemos todos.
Last Christmas es un "calcetín"
lleno de regalos no siempre navideños. Los primeros y más evidentes son
las actrices: Emilia Clarke, Emma Thompson y Michelle Yeoh. Ya solo por estas tres
actrices carismáticas merece la pena. La simpatía explosiva de
Emilia Clarke deja ver las raíces oscuras detrás de un personaje que lleva la
sonrisa puesta en su desordenada vida, que se pasa vestida de elfo en una tienda navideña. Emma Thompson es capaz de hacer de
todo, cualquier personajes, cómico o dramático, hasta de deprimida madre yugoeslava. Y Michelle Yeoh es una de esas
actrices que llenan la pantalla y aquí da vida y humanidad a un personaje lleno
de ironía y encanto.
Los
actores que les dan las réplicas cumplen estando a la altura de las tres mujeres
que representan formas diferentes de entender la vida pero persiguiendo lo que
nos dejamos fuera de la maleta en algún traslado existencial, la felicidad. Henry
Golding (Tom Webster) y Emilia Clarke (Kate), configuran una
pareja bien compenetrada en la pantalla. Boris Isakovic (el padre de Kate) tiene un papel lleno
de humanidad, dándole la réplica a una histriónica y divertida Emma Thompson. El
danés Peter Mygind (Chico) compone un personaje surrealista como el fascinado aspirante
a pretendiente de Michelle Yeoh (Santa).
Hay
otros muchos personajes que sirven para reflejar las tensiones de una familia
inmigrante en Reino Unido, llegados de la guerra de la antigua Yugoeslavia, y
sometidos a los desajustes de sus propias historias, esperanzas frustradas y momentos perdidos. El padre no puede ejercer su profesión porque no le
reconocen el título y se tiene que dedicar a conducir un taxi. Las hijas, Kate y Marta
(Lydia Leonard), pagan las consecuencias del deseo de sus padres de que tengan
éxito donde ellos se ven relegados. La
familia es un desastre, un grave problema de vidas complicadas por la vida y
las expectativas y no ser aceptados como son, ni dentro ni
fuera.
Pero el valor de la película se encuentra en que no por ser "navideña"
se obvia el mundo real. Si en ¡Qué bello es vivir! se nos mostraba con toda
crudeza la Norteamérica de la depresión, aquí se nos muestra la xenófoba Gran
Bretaña del Brexit en su crudeza cotidiana.
Ese el fondo real de la película y lo que justifica un proyecto crítico camuflado de Santa Claus. Los buenos deseos navideños, las luces navideñas que engalanan las ciudades, ocultan muchos odios y desprecios. Otra navidad es posible, parece que se nos propone en lo personal y en lo social. No hay moralina, sino detalles que nos llevan a la realidad.
Ese el fondo real de la película y lo que justifica un proyecto crítico camuflado de Santa Claus. Los buenos deseos navideños, las luces navideñas que engalanan las ciudades, ocultan muchos odios y desprecios. Otra navidad es posible, parece que se nos propone en lo personal y en lo social. No hay moralina, sino detalles que nos llevan a la realidad.
Lo
internacional del reparto es una demostración de la intención de la propia
película, un canto a la diversidad en todos los órdenes (étnico, sexual, social)
y una celebración del espíritu solidario. La diversidad de los actores y sus
condiciones es en realidad el auténtico mensaje de la película, lo que la convierte en
una verdadera película "navideña" sin necesidad de tener que recurrir
al exceso.
Todo esto
es un acierto de guión, lo que nos lleva a Emma Thompson. La película es un
proyecto de una mujer que ha sabido hacer de todo y casi todo bien. Ganadora de
Oscar, Emmy, Globos, los premios británicos BAFTA y de todo lo que se puede
ganar como actriz y guionista, atesora un palmarés que probablemente nadie
pueda igualar como conjunto. Thompson ha dado muestras de inteligencia,
sensibilidad y conciencia social (y política) a lo largo de su carrera. Suyo es
este guión y se nota. Sale su valor de guionista en dos o tres secuencias con
magníficos diálogos, llenos de sentido y sabiduría (el diálogo en el piso de
Tom) o las reflexiones de la propia Kate y otros de humor (la visita a la doctora
o las comidas familiares).
Se nos muestra una Gran Bretaña con momentos xenófobos (la escena del autobús) y otra variopinta, llena de gente de todo tipo, origen y condición, que se aceptan. El albergue de los indigentes, en su variedad, es un espacio más humano que el ambiente que se percibe fuera. El miedo de los padres de Kate a ser expulsados de Gran Bretaña es una presión ambiental, se consume o no, una angustia con la que viven los personajes en su día a día.
La
película es un proyecto claro de Emma Thompson, su trabajo como guionista,
actriz y productora. Para la dirección se ha contado con el director y actor
Paul Feig —con una muy divertida comedia anterior, Un pequeño favor (2018) que pasó casi desapercibida y que está
llena de inteligencia e ironía—, caracterizado por sus trabajos satíricos en la
TV, director en series como Nurse Jackie
o The Office (y algún desliz
cinematográfico como "Cazafantasmas" (2016), difícil de salvar). Aquí
está eficaz sacando partido a los actores y a las situaciones sin necesidad
de malabarismos visuales, mostrando un Londres hermosamente retratado en rincones
desconocidos.
Más
allá de la Navidad, las película nos muestra que ser feliz es querer ser feliz, algo que nadie te
puede quitar, que está en nuestras manos y en nuestra forma de ver el
mundo. La complicada Kate descubre que se puede ser feliz entre aquellos que no
tienen demasiado para serlo. La alegría de vivir es la mejor arma.
Es un
tópico decir que para disfrutar de la películas "navideñas" hay que
ser un poco niños. Esta no lo requiere. Por el contrario, nos hace pensar sobre
muchas cosas que los adultos desperdiciamos y no deberíamos hacer.
Como película "navideña" tiene su propia sorpresa, su regalo envuelto para la sorprendernos. Pero eso se lo dejamos a cada espectador. Es placer suyo desenvolver los regalos.
Como película "navideña" tiene su propia sorpresa, su regalo envuelto para la sorprendernos. Pero eso se lo dejamos a cada espectador. Es placer suyo desenvolver los regalos.
Para
los que nos gusta la navidad... y además Emilia Clarke, Emma Thompson y
Michelle Yeoh, ya es un pequeño regalo.
J.A.
Last
Christmas (2019)
Director:
Paul Feig
Guionistas:
Emma Thompson (historia y guión), Bryony Kimmings (guión) y Greg Wise
(historia)
Intérpretes:
Emilia Clarke, Michelle Yeoh, Henry Golding, Emma Thompson, Boris Isakovic, Lydia
Leonard, Peter Mygind, Ritu Arya, Laura Evelyn, Ingrid Oliver, Rebecca Root