sábado, 18 de julio de 2020

La familia que tú eliges (The Peanut Butter Falcon 2019)


La película tiene, nos dicen en la IMDB, 21 premios y 16 nominaciones. Esto es solo un dato, pero un dato de interés en una cinta que cuenta con dos estrellas (Dakota Johnson emergente, y otra, Shia LaBoeuf, casi desaparecido), un viejo actor recuperado (Bruce Dern), un debutante (Zack Gottsagen) y dos directores, Tyler Nilson y Michael Schwartz, que prácticamente se estrenan , y son guionistas de este personal proyecto.
Una historia sencilla de la otra América, sí, porque hay otra América más allá del éxito, la de vivir tu vida y disfrutar de las cosas sencillas, como un Huckleberry Finn bajando por el río Mississippi con Jim, el esclavo fugado. 
Creo que la idea de la película parte de ese fondo de la inocencia enfrentada a la maldad del mundo. ¿Es posible en este mundo ser inocente? es la pregunta que se nos lanza como una reflexión. El título español, no el original, pone el dedo sobre esta cuestión. Uno no elige su familia, pero sí muchas otras cosas.
En un mundo perverso y deshumanizado, de hipocresías y culpas, recuperar la inocencia es dejarse arrastrar en una balsa por el río. La naturaleza es dura, pero no mala. Esta es una idea muy presente en la mentalidad norteamericana y se remonta a la idea rousseauniana del "buen salvaje". Inocencia e inocencia perdida, lo importante es el deseo, la voluntad, la redención.


Si en el cielo solo entran los que se hacen como niños, en la vida hay que traspasar otras puertas, la del regreso a la inocencia, saber desprenderse de la maldad acumulada y las corazas que la vida social impone para la auto conservación para poder ser feliz.
La película es un Bildungsroman, una historia de aprendizaje, en el que el maestro es el más sencillo de todos, Zac, un joven con síndrome de Down, que decide dejar de estar encerrado, que no ha perdido su deseo de salir del confinamiento en que se encuentra para cumplir sus sueños, ser luchador de lucha libre, como su héroe el "Paisano de Agua Salada", el luchador que aparece en una cinta de vídeo que ve una y otra vez. Y así, Zac el inocente del que todos se sienten superiores, acabará demostrando que la vida está en los sueños y no en la trampas "vitales" que nos rodean en este mundo. Los soñadores nos salvan en un mundo que nos devora.


La historia es sencilla y está estupendamente contada, con su propio ritmo, con una magnífica naturalidad que es lo que los directores han conseguido a través de los diálogos o de las escenas sin ellos, lo bastante elocuentes como para irnos mostrando los cambios de los personajes. Hay convencionalismo, por supuesto. Pero todo ello se supera en la historia a través precisamente del encanto que logran llenar las imágenes. No todo son palabras en el cine, ni todo acción o intriga. Aquí hay poca acción y menos intriga, pero es precisamente este carácter lírico del filme lo que nos hace disfrutarlo en gran medida. Hay un cine lírico, como hay un cine épico.
No es una trama de intriga y sabemos en todo momento lo que acabará ocurriendo, con pocas sorpresas, pero el encanto de la película está en el cómo y no en el qué. Y es ahí donde se centra el papel de los actores, que han sabido comprender que sus papeles son corales alrededor de la personalidad mágica del joven Zac. Lo importante es aprender a pensar como él, que es lo que acaban haciendo los personajes.


Los directores han decidido, con buen juicio, dejar que la película crezca al ritmo del crecimiento de los propios personajes. La elección de los actores es buena, creando los dos extremos con LaBoeuf como personaje con sus demonios interiores y Dakota Johnson avanzando para descubrir lo que realmente vale la pena. Ambos sobreviven a la mayor prueba cinematográfica, tener que compartir plano con un actor natural, por decirlo así. Lo logran, porque sin ello la película no se sostendría.
La historia, por fantástica precisamente, es profundamente humana y, como en Rebelde sin causa, los que no tienen familia acabarán formando una porque lo inhumano es no poder amar por una cosa o por otra, vivir encorsetados o desconfiando de los que te rodean, por motivos más que suficientes.


Magnífica la fotografía, importante en la película, y se disfruta una música muy bien seleccionada y compuesta, algo que ha sido reconocido y premiado entre sus galardones. Dicen que es la cinta indie más taquillera del año 2019. Si se hace bien, con bajo presupuesto, se pueden crear grandes cosas porque las emociones estarán siempre por encima de los efectos especiales o de los grandes decorados.
Hay que ser como niños, sí, para poder vivir esta película, para entrar en ella, sin ser una película infantil. Quizá, como les pasa a los personajes, tengamos que perder la inocencia para poder echarla de menos y querer recuperarla después. Puede que estemos a tiempo.
Un canto a la amistad y a esa familia elegida, cuando la que te toca venía sin instrucciones.  Es la película que Donald Trump nunca entendería.
J.A.


La familia que tú eliges (The Peanut Butter Falcon 2019)  

Directores: Tyler Nilson y Michael Schwartz
Guionistas: Tyler Nilson, Michael Schwartz
Intérpretes: Zack Gottsagen, Ann Owens, Dakota Johnson, Shia LaBoeuf Bruce Dern, Thomas Haden Church



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