sábado, 1 de agosto de 2020

La caza (Craig Zobel 2020)



Esta época de incertidumbre, casi de desastre cinematográfico en el que a la pandemia se le suma el verano, hace que se estén estrenando películas que es poco probable que hubieran estrenado en nuestras carteleras, donde el número de salas es el que hay. Reservados los grandes estrenos para tiempos mejores o plataformas de pago, nos llegan saludables series B, películas de directores que se estrenan después de su experiencia televisiva o publicitaria, en cortos y documentales. La caza (2020), dirigida por Craig Zobel, es uno de estos casos, una película dirigida a un público particular, capaz de disfrutar con el espectáculo que se nos propone.
Ante  La caza es poco probable que haya una actitud intermedia, o te quedas y te ríes o te vas. Eso nos lo dejan ya claro en la primera secuencia, la del avión, donde se nos plantea ya el 80% de lo que es la película. Y es que La caza no es una película de terror basada en sustos sino en el ingenio, en la crítica social de fondo de este espectáculo entre Rebelión en la granja y La matanza de Texas, por poner dos referencias en el tono y la oscilación.
Como no es ningún secreto y se nos dice desde el título, el argumento parte de doce personas secuestradas a las que se libera en un espacio para ser cazadas. No es nuevo y nos remonta a un clásico de los años 30, El malvado Zaroff (The Most Dangerous Game, Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack 1932). El tema de los psicópatas dedicados a la caza humana ha tenido desde entonces diversos planteamientos y siempre con un cierto fondo de fábula, dando salida a las paranoias de cada época, que nos eran mostradas con los megalómanos cazadores de turno.


La caza no solo no es diferente en esto sino que incide fuertemente en este sentido de fábula con la referencia de Rebelión en la granja, la distopía animal de George Orwell que le sirvió para la crítica del autoritarismo dogmático desarrollado en el periodo de entreguerras. El cerdo que nos saluda desde el cartel ya nos llama a esa distopía cada vez más real sobre los Estados Unidos, en donde todo es posible desde la llegada de Trump. En el futuro se tendrá que escribir sobre lo que su presidencia ha hecho en los géneros cinematográficos. Cuando tengamos un poco más de perspectiva, saldrán cosas interesantes sobre películas como Nosotros (Us, Jordan Peele 2019), Midsommer (Ari Aster 2019) o El hombre invisible (Leigh Whannell 2019), que nos dicen bastante de los tiempos que las han producido y de la sensibilidad receptiva del público.
No son tiempos de sutilezas, sino más bien brutales, de sacudidas al espectador, acostumbrado a todo tipo de imágenes circulando por redes y televisiones, buscando el impacto y el salto en el asiento. La caza es una película que se mueve en una brutalidad que nos acerca a la sátira con el exceso.


Partiendo de esa situación inicial de la cacería, la película avanza en dos direcciones, para los personajes saber cómo salir de la situación y para los espectadores tratar de comprender los motivos de los personajes para haber llegado a esa situación. En el cruce de los dos, situación y explicación, es donde radica el ingenio de los personajes cuyas particularidades son las que nos van sorprendiendo. La fábula es más complicada de lo que se esperaba.
No esperemos psicología, matices o cualquier otra sutileza. La abstracción de la fábula nos presenta personajes planos, al servicio de la sátira social y política. ¿No lo habíamos mencionado? La caza es finalmente una película en clave política, si bien en un sentido paranoide y conspiranoico, como se suele decir con frecuencia en los tiempos de Trump. Nada es lo que parece, pero todo es lo que se espera.


Si se supera el primer nivel, el de la violencia, se puede pasar al de la comedia de humor ácido y negro. Si nos fijamos en el cartel norteamericano, los textos que lo integran son ya un aviso de lo que nos encontraremos y, sobre todo, de la intención satírica.
Como en todas las películas que se basan en un juego de ingenio, la pregunta es ¿lo consiguen? Es un juego delicado y dependerá de sus gustos, de lo que le divierta. La caza puede convertirse para unos en una película de culto y para otros en una película odiada.
Lo que si hay que resaltar es el sufrido trabajo de la actriz Betty Gilpin. No son personajes para los matices, sino para encontrar el tono estereotípico adecuado y ella lo encuentra. Sin psicología, solo queda la caricatura, la exageración o la frialdad. Igualmente, Hilary Swank cumple dándole la réplica en una competición sin fin por la supremacía. Los demás personajes encarnan esos estereotipos con humor y convencimiento en el camino de la sátira.


Hay situaciones realmente divertidas dentro del modelo que se ha elegido, el que refleja parte de la vida política norteamericana y del abismo en el que se encuentran unos y otros gracias a las delicias de la presidencia. No es para todos los paladares y, como señala algún espectador crítico en sus comentarios, el ingenio puede convertirse en exhibicionista en momentos.
J.A.


La caza  (The Hunt 2020) 
Director: Craig Zobel
Guionistas: Nick Cuse y Damon Lindelof
Intérpretes: Betty Gilpin, Hilary Swank, Ike Barinholtz, Wayne Duvall, Ethan Suplee, Emma Roberts

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