sábado, 11 de enero de 2025

A real pain (Jesse Eisenberg 2024)

 Demasiado “vital” para ser solo una película, una ficción, pues trata de indagar sobre la vida misma, sobre sus oscuridades y sinsentidos. “A real pain” es tan desconcertante que no se han atrevido a traducirle el título, dejándolo como algo exótico, cuando en realidad habla de lo que vivimos cada día, de cómo podemos llegar a ficcionalizar el dolor para ignorarlo.

La película es un trabajo personal, escrito, dirigido y protagonizado por Jesse Eisenberg, al que estamos acostumbrados a ver en papeles de lo más variado. Esta vez se ha metido en un auténtico reto, una película que diríamos extraña por lo natural, sincera por afrontar algo que hace mucho que no vemos en las pantallas: el dolor cotidiano, el real, aquel del que apenas se habla.

El argumento es sencillo: dos primos, casi hermanos, que vivieron juntos gran parte de su vida y ahora están separados en circunstancias muy distintas. emprenden un “tour judío” sobre el holocausto, un viaje por su Polonia, el origen familiar. Su abuela, superviviente de un campo de concentración, acaba de fallecer en Estados Unidos, donde emigró, y ellos quieren visitar su residencia polaca. El tour está integrado por un pequeño grupo de judíos de muy diverso origen al que se añade la pareja de primos.

Los primos tienen un comportamiento muy diferente y pronto vemos cómo uno de ellos, un soberbio Kieran Culkin, un actor que va de los Razzies a los Globos de Oro, empieza a imponer su personalidad agresiva y seductora, manipuladora, frente al primo interpretado por el propio Eisenberg, que vive en Nueva York, donde tiene un trabajo y una familia estable, a diferencia de su compañero, que no tiene soporte alguno.

El viaje "turístico" se acaba convirtiendo en un recorrido emocional entre los dos primos y en un recorrido sobre la convencionalidad del dolor, como el que supone su conversión en “tour” turístico, guía incluido. La película se mueve entre ese dolor real del que habla el título y el dolor convencional, escénico en que ha convertido el holocausto.

La película se sigue con interés a través de la relación familiar y de ambos con el grupo. Es a través del desvelamiento de lo que la convención impone como vamos viendo ese dolor oculto que finalmente se manifiesta.

Hay que valorar muy positivamente la labor triple de Eisenberg, como actor, guionista y director. Ha sabido combinar las tres facetas en un proyecto personal, que es lo que necesita el cine norteamericano para salir de tanto trabajo inútil. Esta es una película “barata” en costes y “rica” en sus logros. Es un empeño de actores en buscar algo que les haga sentir vivos en sus papeles o trabajando para los compañeros. Cada vez es más frecuente encontrarnos con proyectos como este en el que también contamos con Emma Stone en la producción.

Rodada casi en su integridad en Polonia, en los sitios reales, la película ahonda en esa gran escena final en la propia incongruencia humana, en su necesidad de buscar lo que cubra ese dolor real, al que alude el titulo. Es en el levantamiento de esas capas que cubren el dolor de la soledad de lo que trata la película. 

Buen uso de la música para crear en fondo del sentimiento que la película comunica. La película sabe ser simbólica, como toda obra de arte digna de tal nombre, y realista, cotidiana. 

Magistral secuencia final, que sirve en su sencillez para hacernos entender el destino de los personajes y del propio ser humano. Una película sobre el dolor y la soledad.

Joaquín Mª Aguirre 


A real Pain (Jesse Eisenberg 2024)    

Dirección y guión: Jesse Eisenberg

Fotografía: Michal Dymek

Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kieran Culkin, Will Sharpe, Jennifer Gray, Kurt Egyiawan, Ellora Torchia...

Nacionalidad: USA

 

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