domingo, 9 de agosto de 2020

The Way Back (Gavin O'Connor 2020)


Este fin de semana he tenido ocasión de ir a los estrenos de dos películas diametralmente opuestas: una "basada en hechos reales" que resultaba imposible de creer y otra que nos ha sido contada mil veces de formas distintas, pero conseguía convertirse en creíble. Son las paradojas de la narrativa, cuya magia da coherencia a las historias o las deshace cuando se incumplen sus reglas sencillas, pero poderosas.
The Way Back se nos ofrece desde los medios con un aliciente morboso por los males adictivos pasados por su protagonista, el actor Ben Affleck, que se quiere que veamos reflejados en el drama que se nos presenta. 
No es necesario, eso es igualmente periférico; lo importante es la credibilidad que los actores son capaces de transmitir, no su pasado. Si los acores son capaces de canalizar su experiencia y transformarlas en vivencias del personaje en la historia, pues estupendo, pero no es esa la base, sino de nuevo la coherencia del personaje, la que se desprende de su propia evolución y vemos en la pantalla.
La historia de The Way Back se nos ha contado muchas veces en distintos tonos. Es la historia del que hundido por los males de la vida logra aparentemente superarlos a través de una actividad deportiva, el baloncesto, en este caso. 
Dio la casualidad que esta misma semana me montara en casa el "reestreno" de la película de 1992 "Ellas dan el golpe" (A League of Their Own, Penny Marshall), donde tenemos también a una vieja gloria del deporte, interpretada magistralmente por Tom Hanks, alcoholizada tras abandonar su carrera por una lesión causada precisamente por una caída durante una borrachera. Le sirvió a Marshall para hacer una memorable comedia sobre el valor comunal del deporte, en este caso el baseball, uno de los centros de la cultura norteamericana, y la reivindicación feminista. Pero, al igual que en este filme, no es el deporte el que cura, sino la capacidad de salir de uno mismo, dejar de ser egoísta y pensar en los demás.


La historia de The Way Back tiene la figura caída, la vieja gloria deportiva recordada por todos, pero cuyo presente es una mera sombra de lo que fue. Luego, la llamada del deporte. Pero conforme la película avanza vamos viendo que es algo más que el valor terapéutico del deporte lo que se nos está mostrando. Una vez más se nos muestra el grupo desastroso, el que necesita ser redimido y convertido en una comunidad que crea en sí misma. Aunque eso es el principio, no es suficiente para todos.
La inteligencia de la película está precisamente en su conocimiento del modelo narrativo que desarrolla. No es de extrañar, pues su director, Gavin O'Connor, ya tiene el precedente de Warrior (2011), en donde también el deporte —esta vez las artes marciales— le servían de fondo para un drama familiar entre un padre alcohólico y sus hijos.
The Way Back es un título con muchas interpretaciones, una vez vista la película, ya que puede ser interpretado como el regreso al mundo del baloncesto o el descenso hasta el centro del dolor, necesidad para la curación, un camino de enfrentamiento con uno mismo.


En una historia ya contada, lo importante son los detalles, que es lo que le da consistencia. Y la película está llena de estos detalles en los que los personajes secundarios ofrecen el reflejo o el contrapunto del personaje de Jack Cunningham, interpretado por Ben Affleck. No ha sido este actor uno de los favoritos de la crítica. Su estilo interpretativo seco, tanto para comedias, tragedias o acción, no ha contribuido a la valoración excesiva de su trabajo. Sin embargo, en esta película —quizá uno de sus mejores papeles— logra transmitir el drama interior y hacernos ver lo que no muestra a los que le rodean.
A esto contribuye en gran medida el tono dado por el director a la película, que es la unión de dos partes, la de la soledad autodestructiva y la de la comunidad en la que el personaje de Jack puede dar salida a lo que en otras circunstancias no quiere sacar a la luz.
La dirección muestra un buen ritmo en el montaje, una cierta voluntad de estilo, a la que la fotografía da unidad. El montaje nos muestra el mundo repetitivo, cerrado, del alcohólico frente al dinámico del deporte, dos escenario tratados de forma diferente para mostrarnos su vida doble, con un espacio intermedio, el bar.
La película se sigue con interés y logra equilibrar el mundo del personaje central con los otros personajes, de la familia y amigos a los miembros del equipo, pasando por el equipo compuesto por el segundo entrenador y el capellán.


La película recuerda la universalidad del drama unamuniano. de aquel capaz de ayudar a los demás pero al que le resulta imposible ayudarse a sí mismo. Quizá sea ahí donde comienza la redención, el camino de regreso, The Way Back. El regreso comienza con un acto de perdón, incluido el perdón propio.
La otra película, aquella basada en hechos verdaderos, se deshacía en su propia artificialidad, mientras que esta iba adquiriendo consistencia ante nuestros ojos conforme avanzábamos en ella. Es labor del guionista (Brad Ingelsby) y del director, de los actores darse cuenta de dónde nace la esencia de las historias. No se trata de parecerse a algo, sino de encontrar la coherencia página a página del guión, fotograma a fotograma.  No se imita la vida; se crea.
J.A.



The Way Back (2020)   
Director: Gavin O'Connor
Guionista: Brad Ingelsby
Intérpretes: Ben Affleck, Al Madrigal, Janina Gavankar, Michaela Watkins, Brandon Wilson, Will Ropp, Fernando Luis Vega, Charles Lott Jr., Melvin Gregg, Ben Irving, Jeremy Radin, John Aylward, Da'Vinchi, Matthew Glave, Nico David

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