Denis Villeneuve cumple con las expectativas creadas con Dune (2021) en la continuación que se nos ofrece. La película es un deleite como espectáculo cinematográfico, una fusión entre un gran guion y una escenografía que manifiesta como forma cambiante y colores cálidos, una conjunción de abstracción y formalismo. El escenario, el planeta, es escenario y protagonista del filme.
El
secreto de la fascinación que ejerce este Dune
es precisamente lo que tiene de profundización en el poder y sus mecanismos
perversos. De nuevo afloran los centros de poder y ambición, los manifiestos y
los que se esconden en la sombra. Dune
no solo habla del "poder" sino de quienes creen tenerlo; nos habla de
las conspiraciones y de lo que tiene de credulidad y de ilusorio. El poder está
al margen de lo real, una mezcla de lo que se desea y de lo que permanece
oculto.
Villeneuve ha logrado convertir la realidad de las ambiciones en apariencias, pues todo lo que la película nos muestra es precisamente la vanidad ante un destino que solo algunos atisban a entrever en la maraña de sucesos. Dune nos muestra las distancias entre los que creen en lo inevitable y los que saben que es una fantasía manipuladora.
Esta
vez vemos a un cada vez más convincente Thimothée Chalamet en su papel de Paul
Atreides temiendo un destino que se la manifiesta en visiones y que no quiere
aceptar. Sin embargo, es difícil resistirse a los que creen ciegamente en su
destino.
La
complejidad del argumento parte de su propia indagación en el ser humano,
porque Dune no es una película de Ciencia-Ficción, algo que es puramente
accesorio. Es una indagación sobre los hilos de las ambiciones que crean la
Historia, es una cala en el ser humano tras los imperios.
Villeneuve
crea una combinación perfecta entre el lirismo y la epopeya, entre el destino
que nos atrapa y el deseo que nos ofrece las posibilidades de una ilusoria
felicidad. El director pasa del primerísimo plano emocional—unos ojos, parte de
un rostro— a los grandes planos que nos ofrecen las fuerzas desatadas del
imperio.
No hay
plano malo o sobrante en Dune 2. Todo
está perfectamente encajado en una trama milimétrica que salta de un escenario
a otro. Seguimos el ritmo de lo que se nos ofrece como si cabalgáramos esos
gusanos gigantescos que se nos ofrecen entre las arenas del desierto.
Los
actores, magníficos. Thimothée Chalamet mostrando esos movimientos internos de su peronaje; fenomenal Zendaya en su contención de la emoción y la atracción, la fe. Rebecca
Ferguson, como también hace Charlotte Rampling, mostrando ese poder oscuro tras
el velo. La incorporación de nuevos personajes nos trae a Christopher Walken, a
Florence Pugh, a Léa Seydoux... que tendrán su recorrido en la próxima entrega.
En su
momento, habrá que ver las partes de la saga de Dune en su continuidad. Habrá
que comprobar la "emoción" y el "conocimiento" que van
acumulando en cada entrega para comprobar su cohesión final. Hasta el momento, las dos partes dejan satisfechos a los espectadores.
Villeneuve ha ampliado el género de la Ciencia-Ficción. Lo ha hecho en el fondo y en la forma, dejando que los géneros fluyan libremente por la película dándole forma adecuada en cada momento para ajustarla a la trama y a los actores. El escenario ese desierto asombrosamente cambiante en su monotonía. De los espacios abierto sin fin pasamos a los estrechos barrancos, a las cuevas donde se adquiere una dimensión distinta.
Dune 2 es un espectáculo por ella misma, más de dos
horas y media de buen cine. Es una indagación sobre la intriga de unos y la fe
fundamentalista de otros, sobre cómo los que quedan en medio pueden tratar sus
propias emociones o dejarse arrastrar por algo que no desean, pero a lo que son
empujados.
Contamos
ya los días para ver la tercera parte de algo que ya es grande.
Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Dune 2
(2024)
Director:
Denis Villeneuve
Guionistas:
Denis Villeneuve y Jon Spaihts, sobre la novela de Frank Herbert
Intérpretes:
Thimothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson, Austin Butler, Javier Bardem,
Josh Brolin, Florence Pugh, Stellan Skargard, Christopher Walken, Dave
Bautista, Léa Seydoux, Charlotte Rampling, Stephen Henderson
Producción:
USA, Canadá
Duración:
166 minutos
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