Bajo
las estrellas de París (Sur les Étoiles
de Paris 2020) es una película dirigida por Claux Drexel y coescrita junto
a Olivier Brunhes. El título poético, en realidad, es literal: nos describe la
vida en las calles de una mendiga parisina, Christine, una mujer sobre la que
se insinúa un pasado trágico, que vive recogiéndose en lugares escondidos por
las noches y comiendo en dispensarios. Una noche escucha un ruido junto a la
verja del lugar abierto junto al río, un almacén que dejan abierto para que
pueda dormir allí en el crudo invierto parisino. Lo que ve es a Suli, un niño africano
de ocho años que deambula solo por la ciudad, empapado. Christine le deja pasar
la noche allí a regañadientes y, poco a poco, se va formando una amistad sin
palabras, ya que el niño no habla francés. Pronto descubre que hay una foto de
la madre y una orden de deportación, que el niño conserva. Tras diversas
vicisitudes, comienzan el rastreo de la madre.
La
película es un filme sobre la humanidad y sobre su otra cara, la
deshumanización moderna de nuestras ciudades. El recorrido del filme es así doble,
la profundización de una amistad entre ambos personajes, por un lado; por el
otro, se nos muestra la dureza, el desprecio de los otros, reducidos a molestia
para la vista, a espectáculo indeseado en la ciudad.
Bajo
las estrellas de París es una película que nos muestra nuestro mundo
inmisericorde. Cómo la mendiga va acercándose al niño, contrasta con la forma
en que son tratados por aquellos que están asentados y los ven problemáticos.
El hombre que le dio un jersey a Christine montará en cólera cuando se dé
cuenta que lo lleva puesto un negro. El racismo lo percibimos en muchos
momentos de la película con poca sutileza. Pero es solo una parte, la falta de
caridad la podemos ver en el trata que le dan a ella cuando va al Centro de Retención.
La sencillez
de la acción que se nos cuenta contrasta con estas duras pinceladas que nos
muestran una crueldad innecesaria en muchos momentos. La búsqueda de la madre
de Suli se convierte así en un descenso al infierno de alguien que ya creía
estar en él al vivir en la calle. Christine se dará cuenta que si ella vivía
una vida de mendiga hay todavía categorías que sufren más humillaciones y
ataques.
Con
todo esto se podían haber hecho películas buenas y malas. Esta es un recorrido
que se lleva bien con su metraje (86 minutos) y que no se recrea demasiado en
las emociones que despierta, llevándonos a la siguiente sin demasiadas
concesiones.
Más
allá de su crítica social y su canto a la humanidad, la película es un
inesperado duelo interpretativo con una gran actriz, Catherine Frot, y un
asombroso intérprete, el niño Mahamadou Yaffa, que nos arrastra con su
naturalidad en todo momento. En cualquier momento, ese equilibrio se podría
haber roto cayendo en lo sensiblero. No es así y ello se debe a la labor de los
actores, a la química existente entre ellos.
La
película emociona y conmociona. El París tantas veces retratado y llevado con
alegría se transforma en una ciudad fantasmal (magníficas las imágenes, casi
surrealistas, del cantante callejero o de las mujeres fantasmales que lo
recorren en la noche), al igual que el plano que cierra la película, con la ciudad
al fondo.
Es una
película que hace falta, que necesitamos que nos recuerden que por muy mal que
alguien lo pase, siempre hay gente que lo pasa peor. Una llamada a la
solidaridad; a veces los que menos tienen son los que más dan.
Joaquín Mª Aguirre
Bajo
las estrellas de París (2020)
Director:
Claus Drexel
Nacionalidad:
Francia
Guionistas:
Olivier Brunhes, Claus Drexel
Intérpretes:
Catherine Frot, Mahamadou Yaffa, Jean-Henri Compère
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