domingo, 28 de marzo de 2021

Nomadland (2020)


La directora china Chloé Zhao sorprendió en la entrega virtual de los últimos premios Grammy, en los que ganó el de mejor dirección. Ganó el de mejor película (drama) y el de mejor dirección, quedándose como nominada al mejor guión. La sorpresa venía de la sencillez de su presencia frente al glamur reinante en estas galas. Verdaderamente, Chloé Zhao era de otro mundo, más que de otro continente o cultura. Cuando ves Nomadland entiendes su presencia y sus palabras.

La película es arrebatadora por su fascinante sencillez, por su economía de recursos. Nomadland no es una película "norteamericana"; es una película sobre "América" y, más allá, sobre la vida y su significado. En las antípodas de Hollywood, Zhao ha hecho una de las película más llena del espíritu norteamericano que se recuerda, un privilegio al alcance de los pocos que han sido capaces de ver la América natural y no la América fabricada a través de unos procesos de enmascaramiento de todo orden, ideológicos y visuales.




Desde el punto de vista de las ideas, Zhao separa ya desde el guión y luego con las imágenes la filosofía del éxito que se ha identificado como "norteamericana" creando un mundo competitivo y la mayoría de las veces despiadado. Lo hemos visto a través de miles de películas: tanto tienes, tanto vales; el mundo se divide en ganadores y perdedores.

La película de Zhao, por el contrario, nos muestra seres humanos solidarios que se relacionan por con esquemas vitales distintos, dando prioridad al momento de cada vida. Ni siquiera se les puede llamar "rebeldes" otro estereotipo que el cine norteamericano ha convertido en señas de identidad. Simplemente viven y lo importante es la sucesión de momentos. Vivir es vivir; no vivir para conseguir metas. En este sentido, la idea subyacente de Chloé Zhao tiene mucho de sabiduría del no desear para no sufrir con lo que se pierde. Tener es sufrir, es perder continuamente; desprenderse de todo es no desear, tener apego al movimiento.

Aquí se recoge algo profundamente americano, la "carretera" como estructura vital y punto de encuentro. "Nos vemos en el camino". No quedan en lugares especiales, simplemente se encuentran en ciclos naturales, en lugares en que coinciden. Si alguien falta algún día porque ha fallecido, les recuerdan. Llevan ahora su propio camino.



De Jack Keoruac a Easy Rider, la carretera, el camino, es la vida. Es actitud contraria al ser sedentario, al que busca acumular en el lugar en el que se asienta. "¿No tienes hogar?", les preguntas. "Sí, lo que no tengo es casa", responden. La carretera es su hogar, su furgoneta, que ejerce ese doble papel, de refugio y de movilidad. ¿El límite? El mar, allí donde se acaba la tierra, las posibilidades de seguir rodando.

Una película con esos principios solo podía tener una forma, la que Zhao le ha dado. No es una historia avanzando hacia un punto; no son acontecimientos de una trama. La película nos acostumbra a otro tipo de estructura, mucho más real, cercana a la propia experiencia. Las cosas pasan, en el doble sentido del término: suceden y quedan atrás. Hay lo previsto medianamente, como el trabajo, y aquello que es encuentro, experiencia que se acoge y se almacena en la memoria como experiencia.

Cuando todo se deja de lado, solo quedan dos cosas: los amigos y la tierra. Los amigos son aquellos que te encuentran y a los que encuentran, con los que compartes fuego y cosas que ya no necesitas, a los que les das lo que tienes. La escena en la que Fern (Frances McDormand) le entrega su mechero al joven al que no conoce es reveladora de ese compartir como filosofía, como actitud ante la vida.

La película te va adentrando en esa corriente gracias a la forma de entender la interpretación, convertida en naturalidad, llena de conversaciones sencillas pero reveladoras del sentido profundo. Cuando Fern va de visita a la casa de un compañero de viajes, descubre que aquellos con los que hablan se dedican precisamente a la venta de tierras para la construcción de casas, que viven de alimentar las ataduras a deudas e hipotecas con las que no podrán moverse durante toda su vida. Ellos son los que alientan los sueños de éxito, de futuro, frente al presente del que nada debe y puede moverse por el país.



Ambientada en 2011, la película revela precisamente la crisis que llevó al desastre a medio mundo, crisis financiera y de hipotecas, crisis de vivir por encima de lo que se podía, de haberse gastado lo que no se tenía.

Magistral esa gran actriz que es Frances McDormand. Ya sea sola o con otros, McDormand se mueve con el paisaje convirtiéndolo en espacio real, vivo, frente a la fácil tentación estética. Esto es importante para la película y su idea. Es precisamente la belleza de lo desnudo lo que se prioriza. Es un sentido de lo natural que choca con el ojo educado en valorar otro tipo de belleza. Aquí se conjugan la sencillez con la grandiosidad porque es a la vez paisaje exterior, pero también interior.

Hay una idea que se manifiesta en la película: los nómadas son una tribu, la verdadera tribu americana, los que recorren el país de un lugar a otro. Los que solo se llevan los recuerdos de lo vivido frente a la economía de la acumulación de lo poseído.

En este sentido, es una directora que viene de fuera quien ha dado una visión tan primitivista de la vida norteamericana logrando esa mirada que funde imagen e idea, lo visto y el sentimiento, como nos revela la propia actriz a través de la mirada.



Nomadland compite por el Oscar a la mejor película con otra película que hemos visto aquí, Minari, la visión de un surcoreano emigrado a la América profunda. Es interesante desde el punto de vista cultural el fenómeno de una directora china y de un hijo de inmigrantes surcoreanos dándonos la visión perdida de unos Estados Unidos cerrados sobre sí mismos, olvidadas sus ideas fundacionales y compitiendo entre ellos. Es una contestación al mundo de los Trump y compañía.

Nomadland es una gran película en muy diversos aspectos, de su contenido humanista a su visión estética, de la música a la interpretación, pasado por la fotografía. No tiene mucho que ver con las historias convencionales que consumimos; nos muestra lo contrario, la falsedad de las historias que se alejan de la vida.

Joaquín Mª Aguirre

 



Nomadland (2020)    

Directora: Chloé Zhao

Guionista: Chloé Zhao, basado en el libro de Jessica Bruder

País: USA

Intérpretes: Frances McDormand, David Strathairn, Linda May

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