La
película te capta desde la primera imagen, la de ese paisaje nevado modulado
por una excelente partitura de Bertrand Chénier, que nos ayuda con la música a
penetrar en lo que esta película esconde, el interior de los personajes, donde
reside el auténtico centro del filme.
Las
primera imágenes nos muestran una tormenta de nieve para conectar con un parto,
dos mundo unidos por la continuidad del filme pero distanciados por muchos
motivos. Como espectadores, no sabemos dónde estamos ni quiénes son esos
personajes que se nos muestran. Forma parte de la estrategia narrativa dejarnos
con las imágenes y que nosotros luchemos por darle sentido a la historia que va
tomando forma progresivamente. Las piezas empiezan a encajar y el sentido
llega. Podemos penetrar ya en el interior de los personajes.
La
historia se nos cuenta mediante una serie de retrocesos que van del Vietnam de
1991 hasta el 2008 final que cierra un tramo de la vida de los personajes, un
mundo distancias y conexiones desconocidas.
Una vez
que estamos dentro de la historia, la dirección de J-P Duval nos muestra un
mundo indiferente en el que solo los seres humanos son capaces de sentir la
culpa, la felicidad o el resentimiento. La belleza con la que se nos muestra el
mundo nos permite establecer lo específicamente humano, el drama que viven los
personajes, deseosos de un reconciliación con el mundo y con ellos mismos.
Toda la
película nos muestra a dos mujeres empeñadas en no mostrar su interior,
presidido por el dolor que no debe salir, pero que finalmente se nos mostrará
en un extraordinariamente interpretado por las dos actrices, Anne Dorval y
Leanna, y sabiamente mantenido por el director.
La
propia forma del filme nos presenta un mundo hermoso que no puede ser
disfrutado precisamente por el dolor interior. Hay un momento en que Isabelle
(Anne Dorval) llama desde Vietnam a su marido y le pregunta qué tal tiempo
hace; él miente diciendo que hace un buen tiempo, mientras el espectador puede
percibir la tormenta que no acaba en su lugar de residencia. ¿A qué esa
mentira? Todo tiene sentido porque también mienten sobre la tormenta que viven
en su interior.
Si el
personaje de Isabelle debe fingir ser una turista que disfruta de una visita a
Vietnam, el personaje de Thuy Nguyen (Leanna Chea), lleva fingiendo toda una
vida que no se ha resuelto desde que la separaron de su hija recién nacida. Lo
mismo ocurrirá con otros personajes de este drama esencialmente femenino, pues
la maternidad, la biológica y la de adopción, es su centro.
La película está inteligentemente construida y se construye sobre muy pocas palabras, precisamente por mostrarnos un mundo oculto, de silencio, que solo se abre en la soledad de las habitaciones o de un estudio de pintura cuando descubrimos en esos rostros inacabados, indefinidos, que luchan por tomar forma, lo que se ha perdido.
Extraordinario
el trabajo de las dos actrices, premiado en festivales en Canadá, con la
película como apuesta nacional para la Mejor Película Extranjera en los Oscar
de este año. Se ha premiado también la excelente fotografía.
Lo más
llamativo de la película es que siendo un melodrama, su forma narrativa lo
evade. Una cosa es contar su historia, y otra muy diferente es contemplar su
desarrollo, que es profundamente visual y, en este sentido, emocional. La forma
busca precisamente nuestra empatía, que nos adentremos en lo que hay en la zona
invisible, la que el espectador ha de recrear a partir de la información que se
le da. Esto se hace inteligentemente sin aportar información exterior, dejando
que esta fluya en los momentos, que sea percibida por el espectador en la forma
de desarrollarse. En este sentido, la película es un cine sutil, elegante, refinado, a través de las imágenes meticulosamente encuadradas para
transmitirnos en cada momento esas sensaciones buscadas. Véase la forma en que
se nos muestra el accidente con un espléndido plano cenital.
Una magnífica película sobre el dolor y la paz interior, sobre lo circunstancial de la vida y la necesidad del esfuerzo para lograr la reconciliación con uno mismo y con los demás. Profundamente humana, profundamente cinematográfica.
Joaquín
Mª Aguirre
14 días,
12 noches (2019)
Director:
Jean-Philippe Duval
Guionista:
Mari Vien
País: Canadá
Intérpretes:
Anne Dorval, Leanna Chea...
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