domingo, 26 de septiembre de 2021

Cry Macho (Clint Eastwood 2021)


Cuando terminó la película, el chico que hace la limpieza de la sala preguntó a una pareja que ya salía: ¿qué tal? La mujer le dijo: "Una historia muy bonita, pero da pena verlo tan mayor".  La visión opuesta es la alegría que da ver que una persona con 91 años a sus espaldas sigue haciendo buen cine. Es el vaso medio vacío o medio lleno. Pero eso es algo que viene de fuera del filme, en donde debemos aceptar sus supuestos iniciales.

Clint Eastwood ha sabido esperar las películas en cada momento de su vida. Dicen que pasó años para poder interpretar el personaje de "Sin perdón", la película que le consagró definitivamente como un clásico vivo, expresión que se le suele aplicar. Esta película es una historia para la que no sé si ha esperado, pero sí que merece la penar ver por muchos motivos. 

Cry Macho es una película aparentemente sencilla en el mejor sentido del término, el del arte que no esconde nada y que muestra, sin trampa ni cartón, sus objetivos. Y es además una película, en otro orden, también relativamente optimista. Eastwood construye un mundo inicialmente negativo y llega a un final en el que el futuro es corto pero intenso para uno, el personaje de Eastwood, Mike Milo, y largo e incierto para otro, el joven al que debe llevar de regreso a los Estados Unidos desde México, para Rafael. Pero lo importante —y esto es una filosofía de vida— no es lo que puede ocurrirnos, siempre algo abierto a todo tipo de incidencias e incertidumbres, sino lo que vamos dejando atrás, día a día, lo que es nuestro equipaje existencial. En cada momento, su decisión.

Cry Macho es una "road movie" de personajes extremos, en este caso en forma de ver el mundo, culturalmente y por la edad. El género mete en un mismo vehículo o sube a unos caballos a dos personajes dispares y los somete a todo tipo de pruebas durante el viaje, símbolo de la vida y de la transformación. "A story of been lost... and found", dice el cartel norteamericano de la película, lo que lleva a varias preguntas sobre el derecho a la redención a costa ajena o, si se prefiere, si "final feliz" significa lo mismo para todos. Pero quizá sea así la vida, lo que nos llevaría por otros derroteros.

Por un sentido del compromiso ("¡me lo debes!") Mike Milo se mete en un viaje para devolver al hijo de su antiguo jefe a los Estados Unidos. Tendrá que pasar la frontera y buscar al hijo que se encuentra con una "madre", que lo tuvo, pero no ha querido saber mucho de él. Más bien se le ha generado una personalidad conflictiva y rebelde con la Milo, una vez encontrado, deberá lidiar en su accidentado regreso.

El filme sigue la novela de N. Richard Nash, de donde habrá sacado las vicisitudes y resultados. En este sentido, la película es una road movie, un filme de género. Es una película sobre lo que la vida te quita, a veces te lo devuelve. Por el camino, ambos, Mike Milo y Rafael, se van encontrando con sus pruebas y con sus conversaciones descubriendo que su sentido negativo de la vida tiene otras alternativas. La interpretación sobre hasta qué punto es cierto a través de lo que vemos queda en manos de los espectadores, pues la historia nos ha sembrado de suficientes elementos negativos como para ir más allá de que la felicidad dura poco, es un estado transitorio, y hay que saber aprovecharla.

Desde el punto de vista cinematográfico, la película cuenta con una excepcional fotografía de Ben Davis, que sabe crear a través de la luz y los encuadres unos ambientes específicos para la épica o para la intimidad de los personajes.


Los personajes, más allá de los sicarios o encuentros del camino, son una estupenda Natalia Traven en el papel de Marta, regente de una isla femenina en el camino; los padres de Rafael, interpretados por el cantante country Dwight Yoakam y la actriz chilena, Fernanda Urrejola. El personaje de Rafael está interpretado por Eduardo Minett que es capaz de dar cuenta de la evolución.

Después de dejar madurar la película un par de días, creo que es más "oscura" de lo que a primera vista percibimos, que esa "bonita historia" tiene más aristas de las que pensamos y que Eastwood, una vez más, nos ha metido en un universo ambiguo, con una ineludible dimensión moral a la que ha de enfrentarse en espectador.

Cry Macho es una historia de padres sin hijos y de hijos sin padres; también de padres que no valoran a los hijos y de hijos que valoran en exceso a los padres. De todo ello surge es mundo que Eastwood nos muestra en este filme, aparentemente sencillo, pero no tanto.

Joaquín Mª Aguirre

 



Cry Macho (2021)     

Director: Clint Eastwood

Guionistas: Nick Schenk, N. Richard Nash

Producción: USA

Intérpretes: Clint Eastwood, Natalia Traven, Eduardo Minett, Dwight Yoakam

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