Fui a
ver Cats (Tom Hopper 2019) como el que lanza a la piscina con la advertencia previa de ya de que no hay
agua. Fui por la curiosidad de saber porqué ha desatado la mayor reacción en
contra de los últimos tiempos, de críticos a usuarios. Por una cosa o por otra,
a nadie le ha gustado Cats. Tiene la puntuación más baja que recuerdo haber
visto en la IMDB y en el mundo hay películas muy, muy malas.
Los
lectores de este blog saben ya que no me gusta despellejar películas. Si no me
gustan, sin más no pierdo tiempo en añadir más tiempo perdido escribiendo sobre
ella. Lo que para algunos constituye un placer, para mí constituye una tarea
insufrible y va en contra de mi propia naturaleza. Si no me gusta, como tantas
otras cosas en la vida, prefiero asumirlas como propios. Por eso me ha llamado
la atención esta tremenda unanimidad sobre una película que tenía todo a su favor,
de un director premiado a una lista de artistas talentosos, y una historia exitosa
sobre los escenarios. ¿Por qué es tan malo, pues, Cats? O, si se prefiere, ¿por qué no nos gusta?
En críticas
escritas en este espacio he mostrado los aspectos más positivos de películas
que no habían recibido mucha atención crítica y pocos espectadores. Recuerdo el
caso de Midsommar (Ari Aster 2019),
con la sala vacía y nula publicidad. Hoy está entre las listas internacionales
de "lo mejor del año". Es frecuente que esto ocurra, que muchas
películas de interés pasen desapercibidas. Por ello es menos frecuente que
hasta la misma productora (hay titulares diciendo que la retiran de la
"carrera de los Oscar") haga gestos de lo mismo. Me imagino incluso,
que las presentaciones que se están escribiendo ya para los premios de este
año, incluirán todas comentarios jocosos sobre los gatos, gatos negros, mala
suerte, etc. Es el precio de la atención excesiva, la que ha logrado la
unanimidad que habla de forma natural del "desastre" de Cats o
titulares como "Un engendro en el tejado" (El País), "La PEOR
película del Año" (La Zona Cero), " Is it a cat-astrophe?" (BBC), "The First Reviews of Cats Are, Well, A Catastrophe"
(FuzzFeed).
¿Qué
pasa, entonces, con una película que era una apuesta fuerte de éxito y que
incluso fue sometida a una reconstrucción antes de su estreno para evitar lo
peor? Pero ¿qué era peor que este resultado de público y crítica? Comentando
con la gente del cine antes de entrar, me dijeron que había gente que
abandonaba la película. No se produjo en mi pase, pero éramos tan pocos...
Creo
que interesante saber por qué —al menos preguntarse— cuál ha sido el fracaso de
Cats, la "cat-astrofe" de esta película porque sí sirve de algo aprender de los errores de este tipo. ¿Por qué si
"Todos los perros van al cielo" (All
The Dogs Go to Heaven, Don Bluth 1989), los gatos no pueden hacerlo?
En
primer lugar, creo que hay que salvar a los actores. No es en ellos donde está
el problema. Han hecho lo que les han dicho. Lo mejor de la película son ellos
y, por encima de todos, esas dos glorias vivientes que son Dame Judi Dench
(cuando aparece le sobra la piel, con la mirada es suficiente) y Sir Ian McKellen (precioso su número). El
trabajo de ambos actores, creo, es un indicador de por qué Cats no funciona. Podemos echarle, como algunos hacen, la culpa a
la extraña caracterización de los
actores como gatos, pero el cine ha sobrevivido a cosas peores. Quizá deberían
haber salido con disfraces más tipo el "león" en El Mago de Oz, en opinión
de algunos, pero no creo que esto sea el problema.
El
problema de Cats es Cats. ¿Por qué no funciona el musical
que ha batido todos los récords de premios y permanencia en los escenarios por
todo el mundo? Creo que en la pregunta está la respuesta. Creo que Cats es la
culminación de un movimiento que empezó hace algunas décadas de teatralización del musical
cinematográfico.
Por más
que el teatro musical haya ofrecido magníficas ocasiones para crear grandes
musicales, el mayor problema se lo plantearon aquellos que se dieron cuenta que
no es lo mismo un escenario teatral que una pantalla. Y hubo un tiempo en que
esto estaba claro, muy claro. Si pensamos en un filme como West Side Story, uno de los grandes musicales de la historia del
cine, tuvo que hacerse sobre una historia representada en los escenarios que
representaba un barrio de Nueva York. Cuando se rodó la película, hubo que ir a
las calles de Nueva York para restituirle lo que la estilización teatral había
recreado. Es decir, tuvo que volverse a la naturalidad que el cine reclama por
muy artificial que la propuesta sea. Puede que no esté muy claro qué es el
lenguaje cinematográfico en forma abstracta, pero sí está clarísimo que no es
el teatral. Y Cats es plenamente teatral. Es algo que a quien está sentado en
una butaca de un teatro no le extraña, pero sí a quien lo ve en una sala de
cine. Hay momentos en que intenta luchar
contra su propia teatralidad, pero no consigue vencer ni convencer.
Su
estructura narrativa (o la ausencia de la misma) es teatral. ¿Por qué? Hace
tiempo que las artes del espectáculo se han empezado a pensar en términos de un marketing que
crea franquicias. Una película es el
envoltorio para llevar a la gente a las salas de teatro que es donde se va a
hacer el negocio, además (en su caso) del correspondiente merchandising. Para eso se necesita que se establezca una interacción
entre el espectáculo teatral y la película que se va a encontrar después y
viceversa, el espectador que va al teatro debe reconocer la obra sobre el escenario y reconocerla en la pantalla. Se trata de crear una
estructura válida para las dos obras. Pero no siempre funciona.
Si pensamos en
musicales como "Chicago" o "Nine", hacía explícito en la
pantalla su montaje teatral. En unos casos ha funcionado mejor que en otros (en Chicago había una buena historia). La
propia estructura de los musicales, cerrada por letra y música y la coreografía, ha contribuido a que se hiciera más complicada su libertad creativa
fílmica. Se trataba de "fotografiar" un mundo teatral (como en el
caso de la también fallida "Into the Woods"). El musical que mejor resolvió el problema del respeto coreográfico y su integración al lenguaje visual fue West Side Story, que la sacó a la calle naturalizándola.
Esta
reducción del cine a filmar el teatro hace que en un caso como Cats se derrumbe
porque Cats es una película sin apenas argumento. Sobre un escenario esto no impide el disfrute de los números. Pero la pantalla es otra cosa, otro lenguaje, se necesita una
historia.
El cine es un medio narrativo y aquí apenas hay nada que contar más
que una jerga mal explicada (los "jélicos", palabra repetida unos
cuantos cientos de veces sin que lleguemos a saber de qué se trata realmente).
Se nos queda finalmente en un compendio de... ¡teología para gatos!
El
terrible final con las estatuas londinenses es representativo de lo ocurrido en el proceso.
Nos damos cuenta que hemos asistido a un despropósito en el que el problema no ha
sido hacer una película, algo sobre una historia. Comprobamos que lo
espectacular de un escenario, un vestuario, una música, unos bailes... no son
nada si no se acepta la naturaleza del medio, su lenguaje, sus propias leyes.
Un número tras otro no crean una historia.
Las peripecias que aquí se nos
muestran son mínimas y más bien tontas. Bajo esto no hay nada que sostenga la
película y como tal fracasa. Recordemos que Eliot solo escribió una rimas divertidas para niños, sin pretensión de historia alguna.
Los que quisieron crear un espectáculo con ello lo hicieron levemente, a sabiendas de que el espectáculo teatral (como enseñan las "variedades" musicales) no necesitan estructura, si se piensa en "números" sucesivos. Pero eso es demasiado débil para una película que requiere una narración que la vertebre.
En tu
recuerdo queda apenas nada, unas cuentas frases sobre la felicidad y consejos
simbólicos, de dudoso cumplimiento, sobre cómo tratar a los gatos. Demasiadas
metáforas y poca limonada.
Cuando
hicimos la reseña de Mascotas 2 (no
es una ironía) dijimos que la historia está por encima de los personajes, que
se deben subir a ella. Dijimos entonces que la primera parte era ingeniosa, pero que la película avanzaba
como tal cuando estos personajes
ingeniosos se integraban en una historia
común, en algo nos hacía interesarnos por ellos. En Cats se ve el ejemplo claro de las consecuencias de no seguir este
principio básico. Un personaje tras otro caminando sin sentido, contando su
propia experiencia, pero incapaces de ir más allá. Con cada número nos
preguntamos, ¿qué sentido tiene si no hay conjunto? Eso se nos ofrece, un conjunto de piezas sin sensación de totalidad y menos de forma. Eso se paga.
Sobreviví
a Cats por la curiosidad. No la que mató al gato, sino la que lo
trajo al mundo de las pantallas de forma tan desajustada. La pregunta ahora es
importante: ¿habrá servido para algo? No es trivial ni casual lo que ha
sucedido. Vivimos en un momento en el que todo se convierte en musical (lo
último, creo, la película Ghost).
La crisis
de inventiva y de taquilla del teatro ha hecho que el musical se convierta en
el medio más conservador frente al teatro de "vanguardia". Todo se
nos ha llenado de musicales desde hace más de una década, hasta las canciones
de Mecano o Abba se convierten en musicales de éxito. Pero se están apretando demasiado las tuercas desde el teatro mismo. Ya no se piensa en el teatro, sino en
ampliar el público extendiendo el espectáculo a través del cine por todo el
mundo para volver a llenar las salas. Pero, como vemos, no es tan sencillo ni
todo funciona.
La publicidad negativa alcanzada mundialmente por la película hará pensar un poco.
Mientras tanto se siguen buscando culpables para responsabilizar del fracaso de
lo que se presumía era un éxito cantado. ¿Qué podía fallar? Paradojas gatunas.
J.A.
Cats (2019)
Director:
Tom Hooper
Guión/composición:
T.S. Eliot (basado en "Old Possum's Books of Practical Cats"), Lee Hall y
Tom Hooper (guión) y Andrew Lloyd Webber (compositor)
Intérpretes:
Francesca Hayward, Taylor Swift, Laurie Davidson, Robbie Fairchild, Idris Elba,
James Corden, Rebel Wilson, Judi Dench, Jennifer Hudson, Mette Towley, Ian
McKellen, Naoimh Morgan, Jason Derulo, Ray Winstone, Laurent Bourgeois, Steven
McRae, Danny Collins, Larry Bourgeois, Daniela Norman...
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