domingo, 14 de julio de 2019

Annabelle vuelve a casa

La saga de Annabelle avanza hacia la claustrofobia, un mecanismo clásico, pero no exclusivo, del terror. Si veíamos hace unas semanas al "muñeco diabólico" dejar de estar poseído por espíritus, innecesarios ya con la inteligencia artificial, el deep learning y conectarse a la nube, la nueva entrega de Annabelle apuesta en cambio por un modelo mucho más clásico en lo que se ha convertido en el semillero del terror, el cine de los 70 y 80, que fue cuando se renovó el género, pasando de los viejos mitos de la época victoriana —los Drácula, Frankenstein, hombres lobos, etc.— a las versiones más cotidianas de los Screem, el Freddie de Pesadilla, el Jason de la matanza de Texas, o el mismo Chucky, por citar solo algunos. 
La nueva apuesta de los Warren y Annabelle va en una vía directa hacia una estética de los años 70 con una muy sutil y cuidada ambientación y fotografía. Este último apartado es muy destacable ya que el tratamiento del espacio (del que es esencial la luz) es fundamental en una película como esta, a la que habría que ir con linterna. La posibilidad de poder trabajar en unas condiciones de obscuridad casi absoluta y con luz muy natural hace que las condiciones de los filmes de terror varíen. En esto, la tecnología se alía con el género ayudando a crear las condiciones adecuadas para la historia.


La vuelta a un mundo sin teléfonos móviles tiene su sentido cuando juegas con la soledad y el aislamiento como bazas. Annabelle vuelve a casa es un película en la que la casa de los Warren es la protagonista. En realidad, la película es una construcción espacial que permite albergar el mal (el sótano con los objetos coleccionados por los Warren) y que se pasee por los diferentes pisos.
El argumento es también clásico del género, con canguro rubia cuidando a niña vidente. El primer acto nos ilustra en los poderes de Annabelle y cómo hay que controlarla. La segunda parte se basan en la prohibición "¡no abras nunca esta puerta!", que es el mejor incentivo para hacerlo.


Vera Farmiga y Patrick Wilson, como los Warren, ocupan la primera parte, ya que sus deberes de exorcistas y videntes les reclaman por el mundo. Queda la casa en manos de McKenna Grace (Judy, la hija vidente), Madison Iseman (Mary Ellen, la canguro rubia), Katie Sarife (Daniela Ríos, la amiga que la lía) y de Michael Cimino (Bob, el pretendiente a amigo y a cantante). Quizá los actores están en la parte más positiva, muy en su papel y dando vida al estereotipo. Como toda película de género, sigue sus reglas y tradiciones por lo que la historia es previsible y solo te queda esperar a que te den los sustos correspondientes, pasando a ser el arte de lo inesperado esperado.
Como Muñeco diabólico, como It, Annabelle juega con la infancia y adolescencia y sus temores e inseguridades. En eso se diferencia también de los viejos modelos del género. 
Es interesante cómo se reparte la acción en un espacio tan pequeño al diversificarla por cada uno de los protagonistas. Hay momentos en que están juntos, pero son los menos; en la mayoría, cada uno vive su apretada aventura en algún espacio perdido de la casa. Hay lugar para fantasmas en todos ellos. 
Con una hija vidente, el futuro de los Warren y el de su casa-museo de los espíritus está asegurado.


Me quedo con la interpretación de Katie Sarife, en una torturada por la culpa amiga, y con la dirección de fotografía, Michael Burguss, un buen profesional con trabajos que van de Los Vengadores  (2012), Los Juegos del hambre: Sinsajo parte 1 (2014) Wonder (2017), Logan (2017)  La monja (2018), Aquaman (2018), entre otros muchos, tanto como director de fotografía, como operador cámara, etc.
La dirección está en manos del guionista Gary Dauberman, el creador de la saga Annabelle (Annabelle (2014), Annabelle: Creation (2017)) del guión de la memorable It (2017) y de La monja (2018). Su estreno como director deja buenas sensaciones porque le ha sacado mucho provecho a muy poca historia. La idea es de James Wan y el guión y la dirección del propio Dauberman.
Es una serie B, especial para verano.

J.A



Annabelle vuelve a casa (2019)
Director: Gary Dauberman
Guionista: James Wan (historia), Gary Dauberman (guión)
Intérpretes: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Mckenna Grace, Madison Iseman, Katie Sarife, Michael Cimino


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