martes, 22 de octubre de 2024

La habitación de al lado (Pedro Almodóvar 2024)

Lo siento, pero me pasa en casi todas las películas de Pedro Almodóvar: siento qué él mismo hace algo que no debe, algo que va en detrimento de lo que ha ido construyendo hasta el momento.

Lo hablo con algunas personas y coincidimos en el diagnóstico. Esta vez es la construcción de un filme basado en la intimidad de dos personas con un fin no inesperado, sino inadecuado. La diferencia es obvia: lo inesperado puede sorprender; lo inadecuado deshace lo que su propia construcción elabora. Es como si Pedro Almodóvar tuviera un sello negativo con el que marcar sus películas. Como es algo que siento a menudo con sus películas me debato entre pensar que es algo "suyo" o algo "mío". ¡Que se le va a hacer! Después de tantos años con la misma sensación, no parece que él ni yo hayamos cambiado.

La habitación de al lado es una películas sensible y emocional sostenida sobre el trabajo sólido de dos actrices brillantes que son capaces de situarnos en un entorno, en un espacio que deja de ser físico para ser algo más, un mundo propio que les sirve de continente a sus propias vidas.

El trabajo de Tilda Swinton es memorable y da profundidad a un personaje que se acaba convirtiendo en próximo a los espectadores. El filme busca esa empatía, esa solidaridad que no siempre es fácil del construir con un personaje en una situación extrema, el enfrentarse a la muerte.

Dicen los filósofos que el ser humano es un "ser para la muerte" y la antigua sabiduría consistía en vivir para aceptar este hecho trágico. No en otra cosa se puede ser sabio; es la mejor inversión y lo demás es solo apariencia, inversión inútil. El conocimiento se acumula; la sabiduría es saber desprenderse de lo superfluo para esa aceptación final. Almodóvar hace en este sentido una película cuidada al milímetro, en el que el trabajo actoral está reflejando ese miedo a la muerte en soledad.

No es una película filosófica, sino humana, bien llevada e interpretada por Julianne Moore y Tilda Swinton. El tiempo fílmico se va ralentizando a la espera de ese otro tiempo que se pierde, el vital.

Por eso se siente cierta merma cuando se introducen los elementos triviales que nos alejan del centro dramático y existencial del filme. Todo lo demás se percibe como molesto y artificial una vez que se confronta argumentalmente con el hecho central.

Narrativamente, la película funciona en la recogida de ese clima. Deja de hacerlo cuando se intenta sacarlo e introducir elementos que chirrían. Almodóvar deja de ser lírico e introduce esos elementos de ruptura del propio clímax, como ocurre con la secuencia final, que sobra claramente.

Pero la película es de Almodóvar, no mía. Yo solo estoy en una butaca y miro.

Me sorprendió estar solo cinco personas en una sala pequeña. ¿Cómo se ve hoy a Pedro Almodóvar?

Magnífica la música de Alberto Iglesias, capaz de acompañarnos en el refuerzo lírico. Un escenario magnífico para ayudar a crear un espacio simbólico para la acción reducida a ese tiempo interior. La fotografía de Eduard Grau es capaz de captar esa doble condición interior y exterior de los personajes.

La película inicial funciona y se sigue con interés y emoción. No ocurre lo mismo con esos insertos almodovarianos con los que deshace lo que le ha llevado tiempo y maña construir.

Joaquín Mª Aguirre

 



La habitación de al lado (2024)    

Director y guionista: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: Eduard Grau
Intérpretes: Tilda Swinton, Julianne Moore, John Turturro, Juan Diego Botto...
Producción: España

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