sábado, 11 de diciembre de 2021

Querido Evan Hansen (Stephen Chbosky 2021)

 


En estos tiempos en los que todo tiende a convertirse en musical para alimentar una escena facilona, nos llega esta "Querido Evan Hansen", dirigida por un director con cuatro filmes, incluyendo este, un musical extraño y oscuro, con una muestra de personajes que alimentan sus propios miedos y tendencias que les arrastran.

Los espectadores se enfrentan a un musical, como decimos, atípico en el que es arrastrado más allá del límite de la comodidad. No esperen fantasía alternativas al mundo real. En Querido Evan Hansen no hay concesiones, no hay escapismo. Muy al contrario.

Quizá hay una frase en la que se podría centrar el mundo que se nos muestra. Cuando el personaje de Alana (Amanda Stenberg), la chica modelo del instituto, le pregunta al protagonista, Evan, (Ben Platt) "¿qué tomas?".  En otras circunstancias podríamos pensar que es una invitación a beber algo. Aquí se refiere a la ristra de medicamentos que tanto él (el fracasado) como ella (la triunfadora) toman para sobrevivir en una sociedad inmisericorde en la que la apariencia lo es casi todo y el dolor y el fracaso se deben esconder. El encuentro en los columpios es una de las mejores secuencias de la película, un momento simbólico por el escenario, la infancia segura, y emotivo por sus confesiones.


El filme de Chbosky es un retrato descarnado de la juventud. Quizá lo sea más allá de los Estados Unidos y nos muestre un sufrimiento que se ha ido extendiendo por las sociedades modernas como una peste. La presión insoportable que unos y otros siente, la ansiedad y frustración de unos y otros en un mundo perfecto que esconde dolor y más dolor.

No es muy difícil suponer de dónde procede la idea cuando los medios de comunicación nos ofrecen información diaria sobre matanzas en institutos o suicidios de jóvenes, sobre epidemias de presión y consumo de todo tipo de medicamentos y sustancias para intentar calmar lo que les supones la oscuridad en la que viven.

El detonante de la trama es sencillo: un joven incapaz de relacionarse con los demás recibe la instrucción de su terapeuta de escribirse una carta a sí mismo exponiendo sus problemas. Es lo que nos da el título de la película. Un malvado del instituto se hace con la carta. Se suicida y le encuentran esa carta que, por la presentación —Querido Evan— piensan que ha dirigido al único amigo que tenía.


Sobre este equívoco se construye una película que le permite al director y a los guionistas indagar en los fantasmas familiares, en los remordimientos, en las hipocresías sociales.

La obra en su totalidad rezuma una ironía trágica, un doble movimiento entre la piedad que nos suscita el personaje por su sufrimiento y el sufrimiento que nos produce ver cómo alivia el suyo construyendo una gran mentira que le permita sobrevivir siendo aceptado por la comunidad que antes le rechazaba.

Con estos elementos, la obra permite entrar en el interior de cada personaje, reservando el de Jared (Nik Dodani) como una visión exterior, conocedora de todo el tinglado que se ha montado. Es interesante el juego que se hace con este personaje, un amigo obligado por la amistad de las madres, gay y con rasgos hindúes. La verdad está en posesión de este personaje, que se sitúa en el mismo nivel que el espectador.


De las virtudes cantantes de los intérpretes no podemos decir nada y habrá que esperar a que lo podamos escuchar en su versión original, ya que las canciones han sido dobladas, lo que creo que, dado que el musical no tiene nada de infantil, es un error a estas alturas. Hubiera sido mejor poder escuchar las voces de los actores y también unas letras menos forzadas. No es nada fácil poder encajar las frases en el canto y que tenga un sentido más allá de las rimas fáciles.

Junto a los señalados, hay que resaltar la confrontación entre actores consagrados, como es el caso de las dos madres, Julian Moore (Heidi Hansen) y una magnífica Amy Adams (Cynthia Murphy, la madre del suicida). Ambas actrices logran una rica gama interpretativa manifestando el amplio abanico de sentimientos ante lo que sus hijos han hecho a lo largo de su vida. Danny Pino pone rostro al padre del suicida. Este está interpretado por Colton Ryan, como Connor Murphy, que es el centro real de la obra, el hijo desconocido que cada uno quiere construir a su manera,

Los intérpretes jóvenes ofrecen unas buenas interpretaciones de papeles que no son fáciles, ya que es la contención, la dificultad de expresar lo que se siente realmente lo que caracteriza el mundo que se nos describe, más preocupado de las apariencias que de atender los conflictos que provoca. Es destacable la actuación de Kaitlyn Dever, en el papel de Zoe Murphy, la hermana del suicida Connan. A Ben Platt le toca el dramatismo de las canciones, en las que se refleja su auténtico sentir, el dolor y el miedo, también la vergüenza.


Como musical, Querido Evan Hansen no es un entretenimiento. Nos sumerge en el problema real de una juventud en una sociedad de enorme dureza en la que la gente se encierra en sí misma por temor a parecer débil y convertirse en el centro de las miradas. Solo los narcisistas son capaces de disfrutar de ese riesgo. Los demás tienen que forzarse a base de medicamentos a salir a la calle e ir al instituto.

Todos son víctimas y verdugos, armados con sus teléfonos móviles, capaces de destruir a otros con unas imágenes lanzadas a las redes sociales. El momento más impactante de la película es cuando vemos, ante los tropiezos del protagonista, cómo van sacando los envenados teléfonos móviles con los que se empieza a grabar. Solo por esa escena vale la pena ver la película y entender cuál es el fondo deshumanizado en el que nos movemos.

No es fácil hacer un musical tan al margen de lo habitual. Es un género que tiene sus dramas, pero este pone el dedo en la herida. La pregunta que nos lanza es ¿puede construirse algo sólido sobre las mentiras? Quizá debiera verse o representarse en escuelas e institutos para que el arte nos ayude a sobrevivir lanzado luz sobre nuestra oscuridad.

Joaquín Mª Aguirre

 



Querido Evan Hansen (2021)    

Director: Stephen Chblosky

Guionista y compositores: Steven Levenson, Benj Paseky Justin Paul

Intérpretes: Ben Platt, Julianne Moore, Kaitlyn Dever, Amy Adams, Danny Pino, Amanda Stenberg, Colton Ryan, Nik Dodani...

Género: drama, musical

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